Hoy 
ROSA FRANCIA ESQUEA
rosafranciaesquea@gmail.com
El pasado viernes asistí a la misa conmemorativa de los 44 años de la fundación de la Asociación Dominicana de Rehabilitación. Por lo regular, acostumbro a estar presente tanto en la eucaristía del inicio del mes de campaña, en marzo, como en la de aniversario; allí me encuentro con personas que han sido fieles colaboradoras, así como con empleados, dirigentes, alumnos, rehabilitantes y rehabilitados.
Son muchos y variados los programas que allí se desarrollan y a menudo son incorporados otros, siempre en beneficio de sus pacientes y de sus estudiantes; precisamente en la presente semana se dará apertura a un laboratorio de informática.
Creo que doña Mary Pérez de Marranzini, la fundadora de los servicios de Rehabilitación en el país, debe sentirse muy satisfecha porque aún, con las limitaciones económicas de que siempre adolece, la institución siempre tiene abiertas las puertas para todo en que necesite sus servicios.
Es una obra muy querida por la sociedad dominicana, porque brinda servicios a gente de todos los extractos sociales, principalmente a los más humildes, y es pionera en el área de la educación especial.
Además, siempre ha contado con un personal voluntario que da lo mejor de sí para que la obra continúe y pueda expandirse; justamente, doña Mary anunció la construcción de centros en varias provincias del interior del país, aunque para su terminación necesitan recursos. También, el personal de allí trabaja con mucho amor, incluso, como dijo doña Mary, con salarios muy bajos.
Los gobiernos siempre han sido tacaños con Rehabilitación y es hora ya de que miren la institución con otra óptica porque las personas con discapacidad tienen los mismos derechos a recibir asistencia que las que no tienen esas limitaciones.
Brindemos nuestro apoyo a la Asociación Dominicana de Rehabilitación y seamos voceros solidarios con sus reclamos de que el Gobierno le asigne un justo presupuesto para que pueda cumplir con los programas que tiene establecidos e incorpore otros que son necesarios y que, de una forma u otra, nos benefician a todos.
