ROSA FRANCIA ESQUEA
Imagino que todos mis lectores saben a quién me refiero, porque todos hemos estado atentos a los pasos  que se están dando para que se le otorgue libertad condicional a Juan Manuel Moliné, uno de los autores del horrendo asesinato del niño José  Rafael Llenas Aybar.

Lo único positivo en esto es que la información ha salido a la luz pública y eso ha permitido que los diversos segmentos de la sociedad puedan expresar su repudio a tales intenciones.

Yo reconozco el gran dolor y vergüenza  que han vivido los familiares de los dos autores principales del crimen, pero creo que ellos, los familiares, deben verse reflejados en el dolor de  la otra familia, la de la inocente víctima y preguntarse si hubiera sido a la inversa ellos estarían de acuerdo con que se liberara a alguno de los acusados.

Hay un dicho popular con el que siempre he estado de acuerdo, en que una cosa es lo legal y otra cosa lo justo.

Independientemente de que hayas razones de tipo legal para proceder a esa libertad, no es justo que se otorgue, porque se estaría enviando a la sociedad un mensaje muy negativo en vista de todas las circunstancias agravantes presentes en el crimen del niño Llenas.

Creo que todos lo lloramos; que hubo una indignación colectiva y que nos sentimos impotentes ante ese hecho consumado. Lo único que pudo paliar un poquito ese dolor fue el juicio a los dos acusados y la sentencia, aunque se esperaba para ambos la pena máxima que contempla nuestro código penal.

De manera, pues, que para nuestro sistema judicial no caiga en el descrédito, lo aconsejable es dejar a esos dos muchachos en las cárceles.