Brisas
Una carta para la historia

<STRONG>Brisas<BR></STRONG>Una carta para la historia

El pasado día 20, millones y millones de personas de los cinco continentes observaron atentos la juramentación de Barack Obama como el nuevo presidente de la nación  más poderosa de América: Estados Unidos.

Las expectativas que ha creado la elección de este carismático hombre son muy favorables en lo que se refiere, primero, al avance que podría lograr en diferentes órdenes de su propio país; y, segundo, a la incidencia de Estados Unidos en todas las naciones  del mundo.

Algo que despertó mis simpatías fue la carta que Obama dirigió  a sus hijas  Malia y Sasha, en la cual les dice que la razón por la que buscó la Presidencia es para que ellas tuvieran la oportunidad de ser felices y sentirse plenas.

“Al final, niñas, es ese el motivo por el que decidí buscar ser presidente, por lo que yo quiero para ustedes y para cada niño en este país” –expresa en su comunicación  a las niñas.

Y le agrega a seguidas: “Yo quiero que todos nuestros niños acudan a escuelas donde desarrollen su potencial, escuelas que sean un reto, los inspiren y que generen en ellos la capacidad de maravillarse del mundo que tienen a su alrededor. Quiero que tengan la oportunidad de ir a la universidad, aunque sus padres no sean ricos. Y quiero que accedan a buenos trabajos, trabajos que paguen bien y les den beneficios como atención médica; trabajos que les dejen tiempo suficiente para estar con sus propios hijos y retirarse con dignidad”.

También las exhorta a trabajar por la unidad de su país, y que ambas retomen esa responsabilidad “corrigiendo los errores que vean y trabajando para dar a otros las oportunidades que ustedes han tenido. No sólo porque tienen una obligación de dar algo de regreso al país que le ha dado tanto a su familia, sino porque tienen esa obligación con ustedes mismas”. Sin lugar a duda, que es una carta para la historia que  ojalá todos/as tengan la oportunidad de leer.

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