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LONDRES (AFP).- La ex ministra de Desarrollo Internacional británica Clare Short desató el jueves un escándalo al afirmar que varios agentes de Su Majestad habían espiado al secretario general de la ONU, Kofi Annan, antes del inicio de la guerra en Irak.
Durante su conferencia de prensa mensual en Downing Street, el primer ministro Tony Blair, visiblemente contrariado, calificó de «profundamente irresponsables» las declaraciones de Short. Gran Bretaña, dijo, «actúa siempre de acuerdo con las leyes nacionales e internacionales».
Pero Short le respondió, en una entrevista que la cadena Channel Four divulgó por la noche, diciendo que era «el camino de su conciencia».
«La seguridad nacional británica no está en juego cuando se dice que las llamadas de teléfono privadas de Kofi Annan fueron difundidas de forma incorrecta, y decir esto públicamente no representa un peligro para nadie que trabaje en los servicios de seguridad británicos», afirmó.
Las declaraciones de Short, de 58 años, cayeron como una jarra de agua fría sobre el ámbito político debido a sus posibles repercusiones para Blair.
De hecho, este tema es bastante inoportuno para Blair, que intenta reconciliarse con su opinión pública, más bien contraria a la guerra, centrándose en los problemas de política interior.
«Siento un inmenso respeto por Kofi Annan», dijo Blair. «También es un amigo personal y alguien por quien siento el más profundo respeto político. Trabajamos extremadamente bien con las Naciones Unidas», agregó.
Al ser entrevistada en el programa Today de BBC Radio 4, Clare Short no midió sus palabras.
«Estas cosas sucedieron y, en el caso de la oficina de Kofi (Annan), ocurrió durante algún tiempo», declaró, añadiendo que había «visto transcripciones de conversaciones de Kofi Annan».
«De hecho, hablé con Kofi Annan antes de la guerra y me dije: Dios mío, habrá transcripciones y la gente sabrá lo que dijimos el uno y el otro», explicó.
Al ser interrogada sobre si los espías británicos recibieron órdenes para llevar a cabo operaciones en la ONU, Short respondió: «Sí, absolutamente».
Annan dijo que estaría decepcionado si se confirmaran estas afirmaciones, indicó su portavoz Fred Eckhard, recalcando que sería «efectivamente ilegal».
«Hemos visto hoy las noticias de la prensa que aseguran que los servicios secretos británicos grabaron las conversaciones telefónicas del secretario general. Nos decepcionaría si fuera verdad», agregó.
Por su parte, el embajador ruso en la ONU, Serguei Lavrov declaró a los periodistas en Nueva York que «todo esto debe ser objeto de una investigación de la seguridad en la ONU».
Short dimitió en mayo del 2003 del gobierno de Blair para protestar contra la intervención anglo-estadounidense en Irak sin el acuerdo de la ONU.
Estas revelaciones espectaculares se producen luego de que la justicia británica dejara de lado el proceso judicial contra Katharine Gun, una empleada de los servicios de inteligencia sospechosa de haber dado a conocer un memorando secreto estadounidense sobre las escuchas telefónicas de los delegados del Consejo de Seguridad de la ONU antes de la guerra en Irak.
