La portada de este mes de la revista People parece que se ha quedado desfasada. Y es que la llegada de un hijo no ha sido suficiente para salvar los problemas matrimoniales de Britney Spears y Kevin Federline, y la diva del pop adolescente ha puesto al bailarín de patitas en la calle, hasta de su fiesta de cumpleaños el pasado viernes.

Cuentan que Federline está durmiendo en un hotel.

Cuando parecía que las cosas volvían un poco a su cauce tras la publicación del reportaje fotográfico de la “familia feliz”, bebé Sean Preston incluido, todo se volvió a torcer y algo hizo Kevin Federline como para que Britney le pusiera –una vez más– de patitas en la calle.

Y naturalmente, vuelven los rumores de divorcio. La web “newsoftheworld.co.uk” cuenta que Spears se citó con unos prestigiosos abogados especializados en temas matrimoniales en su casa de Malibú. No trascendió lo que hablaron pero es fácil de deducir. La web también cuenta que la cantante, en un ataque de rabia, devolvió el coche de Federline, un Ferrari valorado en 160.000 euros, al concesionario dónde lo compró.

Después de todo eso, se subió a un avión y pasó su cumpleaños en Las Vegas, acompañada de amigos, pero en el fondo, sola.