Britney Spears registró en la Corte Superior de Los Ángeles (EE.UU.) una petición para que los detalles y procedimientos de la tutela legal controlada por su padre desde hace más de una década salgan a la luz.
En un movimiento sin precedentes durante los 12 años que la vida pública y privada de la artista ha permanecido bajo control, su abogado Samuel D. Ingham III mencionó por primera vez el apoyo público que los seguidores brindan a la artista para demandar que no se gestione bajo secreto el caso, tal y como demanda su padre, James Spears.
«La tutela de Britney ha atraído un nivel de escrutinio sin precedentes por parte de los principales medios de comunicación y las redes sociales», dice el documento entregado en los juzgados el miércoles y publicado por Los Ángeles Times este jueves.
«Lejos de ser una teoría de la conspiración o una ‘broma’ como James dijo a los medios, en gran parte este escrutinio es un resultado razonable e incluso predecible del uso agresivo de procedimientos de ‘sellado’ por parte de James para minimizar la cantidad de información significativa puesta a disposición del público», añadió.
La objeción forma parte de las audiencias que se están celebrando para decidir el futuro legal de la cantante de 38 años, quien en otros documentos ha expresado su «fuerte oposición» a que su padre vuelva a controlar las decisiones de su vida privada y pública.
Hasta el momento todos los procesos abiertos se han desarrollado a puerta cerrada y sin información pública, algo a lo que se opone la cantante.
El abogado de Spears reclama una mayor transparencia del caso «para que retenga la confianza de la ciudadanía» con respecto a ese «proceso cautelar».
«En este caso, no es exagerado decir que el mundo entero está mirando», añade.
Hace dos semanas, los tribunales extendieron la tutela legal de Spears hasta febrero de 2021, aunque la autora de «Toxic» reclamó que la función de control recaiga en manos de una abogada especializada y no de su padre, algo que no supone que Spears renuncie «de ninguna manera a su derecho de solicitar la terminación de la misma».
A pesar de que el caso despierta gran atención mediática bajo el movimiento «#FreeBritney» (Libertad para Britney), por el que incluso varios manifestantes protestaron en los juzgados de Los Ángeles al calificar la medida de «secuestro», Spears nunca se había referido explícitamente al mismo.
Todo se remonta al infame año 2007 para la cantante de «Toxic», marcado por un comportamiento errático y problemas con las drogas, acrecentados por el acoso de «paparazzis» tras su divorcio de Kevin Federline y el lanzamiento del disco «Blackout».
El padre de Spears tuvo un importante rol en aquellos momentos, asumiendo su tutela cuando en 2008 fue ingresada en un psiquiátrico y perdió la custodia de sus hijos.