Vivimos en un mundo agitado, donde apenas se tiene tiempo para las cosas fundamentales. Hoy se vive al límite, día a día y por lo general se pasa la mayor parte del tiempo en el trabajo, razón por la cual no dedicamos tanto tiempo como quisiéramos al cuidado de la casa y de nosotros mismos.
Si usted es una de esas personas que quisiera que su casa esté decorada con plantas, pero no tiene suficiente tiempo para ellas, seguramente la bromelia sea una buena solución para su problema. ¿Que la oficina donde trabaja es un lugar frío, apático, aburrido? ¡Cambie eso! La buena noticia es que no tiene por que ser así: con tan solo un detalle como éste, todo eso variará.
Las bromelias son plantas muy resistentes, como si fueran diseñadas para estos tiempos. Ellas no requieren muchos cuidados y le darán un toque bellísimo a cualquier espacio. Son muy decorativas, especialmente en las nuevas tendencias minimalistas, en las que las ocupan un lugar preponderante.
Colocarlas en el espacio de trabajo es una buena idea. Le dará ese ambiente hogareño que usted necesita para tener horas laborales más placenteras.
Además, colocar plantas en lugares cerrados, como su oficina, ayuda a su salud, ya que renuevan la calidad del aire a través de su proceso natural de fotosíntesis, mediante el cual el dióxido de carbono es absorbido y transformado en oxígeno que, de nuevo, será expulsado al exterior, renovando así la calidad del aire.
Cuidados. Son plantas de bajo mantenimiento, pero se requiere tener especial cuidado en dos temas primordiales: deben colocarse donde no reciban exposición directa al sol y que el agua no se estanque.
Testimonio
Suedi León
En las avenidas de Santo Domingo
¿Ha escuchado el refrán de que lo barato sale caro? Ese es mi caso. La semana pasada, saliendo de un establecimiento comercial, pasé por la avenida Winston Churchill esquina 27 de Febrero y un vendedor ambulante estaba ofreciendo unas hermosas plantas, entre ellas bromelias, al módico precio de 210 pesos. Justo lo que estaba buscando. Me apresuré a pagarle y llegué a la redacción de este medio con mi bromelia, encantada, ¡pensé que estaba haciendo la compra del siglo! Al poco rato, la editora en jefe de revistas de este medio, experta conocedora de estas plantas, me dice que no es una bromelia, era una imitación. En definitiva, me habían engañado y pagué mi dinero en vano. Queridos lectores, si ven vendiéndolas sepan reconocerlas y a modo de reflexión piense ¿es ésta es la imagen que se quiere dar del dominicano?