Brote agua prueba faltan estudios Metro

Brote agua prueba faltan estudios Metro

POR UBALDO GUZNAN MOLINA
La presencia de aguas subterráneas en la entrada de la urbanización Cerros de Buena Vista Primera, en Villa Mella, confirma que no se hicieron los estudios geológicos, geofísicos e hidrogeológicos para construir el Metro de Santo Domingo. La afirmación fue hecha ayer por el coordinador de la Comisión de Ciencias Naturales y Medio Ambiente de la Academia de Ciencias, geólogo Osiris de León, quien añadió que en la medida que avanzan los trabajos del Metro, las incertidumbres y las sorpresas serán mayores.

A su entender, las características geotécnicas de un área no se definen con sondeos, como dijo se ha hecho con el Metro, ya que constituye una de las etapas finales en los estudios exploratorios.

Explicó que primero se hace la geología, luego la geofísica y la hidrogeología y con esas investigaciones se decide dónde hacer los sondeos y posteriormente los ensayos de laboratorio.

“Lo que se construye bien encima de un terreno malo termina comportándose mal. Entonces no es cuestión de que la columna esté bien o mal. El hecho de que haya corrientes subterráneas no identificadas es un indicativo de que faltaron estudios para caracterizar correctamente el subsuelo”, dijo.

Indicó que lo preocupante es que al tener el nivel freático en una zona arcillosa se produce un ablandamiento de la tierra y se reduce al mínimo su capacidad de carga, lo que obliga a cimentar las columnas sobre pilotes profundos para evitar el colapso de la columna.

Recordó que la Sociedad Americana Para Prueba de Materiales exige que en los estudios de suelo se haga una evaluación geológica y geofísica detallada, así como un análisis geotécnico minucioso, que tomen en cuenta las condiciones hidrogeológicas del sitio.

De León indicó que las aguas subterráneas tienen una capacidad para ablandar la arcilla, convirtiéndola en lodo.  Villa Mella, donde se construye el viaducto, es una arcilla, añadió, y a su juicio, es posible que en un lugar donde haya una corriente subterránea se decida construir la columna en otro lugar.

Sin embargo, recomendó que si la corriente subterránea cubre toda la zona se adopten otros mecanismos de construcción para garantizar que el agua no interfiera con la capacidad de carga del suelo y su comportamiento futuro.

Expresó que los estudios buscan evitar los contratiempos de la obra.

Los derrumbes del viaducto, dijo, crean una gran preocupación sobre los promotores y contratistas del proyecto.

Consideró que dos columnas, según algunos comentarios, fueron demolidas porque se inclinaron, aunque los ingenieros de la Oficina Para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) lo atribuyeron a que no tenían la resistencia requerida.

“Lo cierto es que sea una u otra la causa, ya eso implica una pérdida económica para el proyecto, la sociedad y el gobierno, pero también implica una mala imagen para la obra.

Añadió que ello así, porque una obra que apenas comienza, ya ha tenido derrumbes.

De León indicó que si se genera un terremoto en la zona de Puerto Plata, Nagua o Río San Juan, los efectos se sentirán en el viaducto.

“El terremoto no tiene que producirse en Villa Mella para afectar al viaducto. Basta conque el terremoto se produzca en Puerto Plata, Río San Juan o Nagua. Mientras más saturada de agua esté el suelo arcilloso de Villa Mella, peor sería el comportamiento del suelo ante un terremoto”, dijo.

Expresó que el costo de algunas columnas, en algunos casos, se ha cuadruplicado, porque muchas de ellas han tenido que ser cimentadas sobre pilotes profundos.

“Ya no es simplemente vaciar una columna en hormigón y envarillada, como ellos lo tenían presupuestado originalmente. Donde quiera que se encontraron con un suelo arcilloso blando, que ellos no esperaban encontrar, han tenido que hincar decenas de pilotes de muy alto costo en el proceso de hincado, para construir la columna”, explicó.

Señaló que si se hubiese estudiado la obra se habrían buscado medidas alternativas para un sistema de columnas de alta resistencia y de menor costo posible, pero que cuando se ha tomado la decisión de que en un lugar determinado va una columna, por razones del diseño, “se tiene que enfrentarse a la realidad del subsuelo”.

Indicó que cuando se trabaja en un proyecto sin haber agotado las fases de estudio, lo más natural es encontrarse con muchas sorpresas, con un proyecto que tiene tres o cuatro meses de construcción.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas