Con motivo de la Gran Recesión mundial que se inicia en el 2008, los principales bancos centrales se alejaron del dogma monetario, el primero fue el de los Estados Unidos, asimiló que la política no podía ser la misma si quería evitar la repetición de la depresión de los treinta del siglo XX. Su alquimia monetaria fue aumentar la liquidez mediante la compra masiva de bonos del Tesoro y valores de largo plazo, acumulando el monto de US$4 billones en el periodo 2008-2014, tardando seis años en recuperar el crecimiento y el empleo perdidos.
La economía de la Europa del euro también demandaba mucha liquidez, pero el Banco Central Europeo no imitó la política de la Reserva Federal de los Estados Unidos, presionado por halcones alemanes, quienes apegados al histórico miedo a la inflación mantenían la ortodoxia monetarista. La economía ha oscilado entre recesión y bajo crecimiento, amenazada por la deflación, lo que pudieron evitar aplicando una versión propia y por un tiempo de la política del dinero ultra fácil. Como aumenta el rechazo a la Unión Europea y se relaciona con el fracaso de la política monetaria ortodoxa, la semana pasada el Banco Central Europeo redujo a niveles históricos el interés que utiliza para intervenir los mercados, estimando en US$0.4 billones el aumento de la liquidez, si los bancos comerciales prestan a empresas y familias en lugar de pagar para que les guarden el sobrante.
Si la economía de los Estados Unidos tardó seis años para recuperar el empleo que perdió, no obstante la masiva inyección de liquidez en forma directa, el asunto podría ir para largo en la zona del euro, por lo limitado en términos comparativo del aumento de la liquidez y porque además se hará en forma indirecta. Dependerá de la reacción de los bancos comerciales con respecto a la exigencia de pagar para que les guarden lo que no prestan. El sobrante podrían prestarlo a familias y empresas, pero agregando un margen por lo que perdieron, encareciendo el crédito y tardando la recuperación económica. También podrían pagar la penalización y guardar el sobrante, si por razones no económicas desconfían del desenvolvimiento de la economía en el mediano plazo. El tiempo dirá.
Es cierto, la economía dominicana mejora si lo hace el entorno internacional, pero también es verdad que no podemos sentarnos a esperar, hay que leer el mensaje que nos envían nuestras estadísticas monetarias. El gobernador del Banco Central se quejó recientemente de la liquidez sobrante de los bancos comerciales, agregó que a final de mayo ascendía a RD$21,130 millones. Les pagaba 4.75%, más de dos veces lo que recibía (1.99%) el ahorrista; es decir, a los bancos comerciales les sobraba incentivos para acumular dinero en las bóvedas del Banco Central.
Sin duda una de las razones por la que el efectivo en manos de público disminuyó en más de ocho mil millones de pesos desde diciembre del 2013, lo que debió reducir la demanda de familias y empresas, como también la oferta agregada de la economía, aunque no se sabe porqué no lo reflejan las estadísticas del PIB de los primeros cinco meses del 2014. Para un crecimiento de verdad, debe aumentar la liquidez de la economía.