Brutalidad P.N., ¿tiene solución?. En situaciones de violencia policial, como la que vivimos actualmente, surgen opiniones de distintos sectores que condenan, con sobradas razón, las actuaciones de una entidad que lejos de abusar, maltratar y hasta asesinar a ciudadanos indefensos ya sometidos a la obediencia, deben garantizar sus derechos, someterlos a la justicia, si procede, respetando siempre su integridad física.
Falta mucho camino por recorrer para alcanzar una reforma policial que luce lenta en su aplicación, no obstante la imperiosa y urgente necesidad de empezar a aplicarla a un cuerpo del orden que padece los vicios propios de un sistema maleado, en el que cualquier policía o militar se cree por encima de la ley con la secuela de abusos que puede generar una mentalidad trujillista que sobrevive en el tiempo.
Los recientes asesinatos cometidos contra tres jóvenes apresados en distintas circunstancias y lugares por la Policía Nacional han despertado un movimiento de opinión pública adversa al cuerpo del orden donde no han faltado las voces de condena del presidente de la República, Luis Abinader, y su ministro de Interior y Policía, dando seguridades de que se hará justicia en estos casos.
Sin embargo, hechos similares seguirán ocurriendo frecuentemente, hasta que no se ejecute la anunciada reforma policial que paliará la situación.