Sería, lamentablemente, una gran pérdida de tiempo, pues en un país con instituciones famélicas, donde el llamado Estado Social y Democrático de Derechos es tan solo un enunciado en la Constitución que no se refleja en la vida cotidiana de los ciudadanos y su relación con los poderes públicos, difícilmente prospere una querella contra la Policía Nacional, mucho menos por comportarse como se le ha enseñado desde que éramos dictadura: atropella los derechos de los “civiles”, que solo entienden a macanazos. Las Misioneras Dominicas del Rosario y varias organizaciones campesinas de El Seibo anunciaron ayer que se querellarán en los tribunales contra los miembros de la Policía que los agredieron, el pasado domingo, durante una marcha pacífica hacia el Palacio Nacional, agresión innecesaria, desproporcionada y fuera de lugar. Tanto, que ya se está diciendo que fue a propósito, para “echarle una vaina” al Gobierno, pero también que esos excesos son un claro reflejo de que tantos años disfrutando del poder han hecho que los peledeístas pierdan completamente la perspectiva de la realidad, los límites entre lo que pueden hacer y lo que no deben hacer, y lo que ocurrió el pasado domingo es de las cosas que no deben hacerse ni tampoco tolerarse. El repudio y la indignación que provocó en la opinión pública el comportamiento de esos agentes policiales, que se reavivan cada vez que se contempla cualquiera de los videos que circulan en las redes sociales, son directamente endosables al presidente Danilo Medina y su Gobierno, lo que se traduce en rechazo y eventualmente en votos contra el PLD. Por eso no se entiende que se cometiera un error tan infantil cuando el Gobierno, como consecuencia del éxodo del expresidente Leonel Fernández y sus seguidores hacia La Fuerza del Pueblo, pasa por uno de sus peores momentos, y si es verdad lo que dicen las encuestas que andan por ahí, también uno de los últimos.