Brutalidad

Brutalidad

Cuatro agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) apelaron ayer al uso excesivo de la fuerza y los insultos contra dos reporteros gráficos y dos periodistas de los matutinos El Caribe y Listín Diario, en momentos que imputaban a los comunicadores haber violado la luz roja de un semáforo y los últimos alegaban no haber cometido la violación.

El suceso en que resultaron golpeados los reporteros gráficos Adriano Rodríguez y Joel Alcántara, e insultadas y amenazadas las periodistas Itania María y Doris Pantaleón se inscribe en un estilo que ha caracterizado a muchos agentes de AMET desde la fundación de este cuerpo especializado.

La violencia aplicada para hacer valer la imputación contra los reporteros gráficos y periodistas contrasta dramáticamente con la flojera y la permisividad que los agentes de tránsito exhiben en la misma esquina del incidente, en la cual choferes de minibuses del transporte urbano y taxistas obstaculizan el tránsito permanentemente.

En otros puntos de la ciudad, como es el caso de las intersecciones de la 27 de Febrero con Juana Saltitopa, José Martí y Duarte, predomina un desorden caracterizado por el gran número de vehículos públicos que se detienen a tomar pasajeros, pero nadie aplica allí tanto celo.

Tampoco se actúa con tantos bríos para conjurar el caos que ocasionan varias paradas de autobuses que operan en el entorno del Parque Enriquillo, donde la ley las imponen cobradores y choferes siempre listos para agredir e insultar.

Quede bien claro que no estamos pidiendo que los agentes de AMET pasen por alto violaciones a la ley de Tránsito, en caso de que las hubiere. Se trata de que lo que corresponde hacer en caso de una violación es muy diferente a abusar de la fuerza que confieren un uniforme y un arma al cinto.

En el caso de los reporteros agredidos e insultados está claro que hubo exceso de parte de los policías, que además de golpear e insultar, dañaron el equipo fotográfico de uno de los fotógrafos que trató de tomar gráficas de la agresión.

Aspiramos a que este tipo de proceder sea modificado y que los agentes de AMET hagan respetar la ley de Tránsito mediante normas civilizadas, propias de los tiempos modernos.

El Metro

Un funcionario gubernamental anunció que, en marzo próximo, se iniciarán los trabajos de construcción del llamado Metro de Santo Domingo.

De ese megaproyecto solo se conocen microdetalles. Y no creemos, por tanto, que valga la pena, ahora mismo, rechazar por el simple rechazo la obra anunciada.

Lo que sí sabemos es que el puente Juan Pablo Duarte necesita ser reparado, con urgencia. Lo mismo puede afirmarse de su vecino puente Juan Bosch. Como también de que son necesarios otros puentes que unan el este y el oeste de la ciudad.

La experiencia nos indica que proyectos como las avenidas John F. Kennedy, Luperón y 27 de Febrero, así como los túneles y pasos a nivel, fueron muy criticados cuando se anunciaron las construcciones. Han probado, esas obras, por el contrario, ser de incuestionable utilidad.

No sabemos, eso sí, si las condiciones del país permiten soltar auténticas prioridades en los campos de la educación y de la salud para emprender proyectos verdaderamente faraónicos.

s aconsejable dar un compás de espera, hasta el lunes, cuando se confía que el gobierno ofrezca todos y cada uno de los detalles del pryectado Metro, sobre todo en materia de costos y de financiamientos.

Una obra de esa envergadura no se puede emprender, de todos modos, como si se tratara de un secreto de Estado Y mucho menos comenzarla con tanta prisa, cuando el país ignora qué se va a hacer en realidad.

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