En una entrevista con MLB.com este fin de semana, el comisionado del béisbol Bud Selig reiteró su deseo por realizar un sorteo internacional.
«Soy un creyente del sorteo internacional y creo que todo el mundo lo sabe», le dijo Selig a MLB.com. «Cuando apelaron al sorteo en 1965, lo hicieron porque los equipos estaban preocupados porque los Yankees ganaban todo el tiempo».
Selig hace tiempo que argumenta a favor de un sorteo internacional, pero sus comentarios — junto al comunicado del director del sindicato Michael Weiner en diciembre respecto a que el Sindicato de Jugadores también apoyaría un sorteo mundial — hacen lucir probable la presencia de un sorteo internacional en la discusión del próximo acuerdo colectivo de trabajo. Y el nuevo zar de MLB en Dominicana, Sandy Alderson, recientemente le dijo a La Esquina: «Nunca sentí que el tema fuera la implementación. Se que hay gente que sí, pero no yo. Si el béisbol decide empezar un sorteo, hay formas de hacerlo funcionar».
El temor común entre los representantes en República Dominicana es que un sorteo internacional elimine el béisbol juvenil en el país como sucedió en Puerto Rico. El año pasado, hubo 28 puertorriqueños en los planteles de las Grandes Ligas en la jornada inaugural comparado con 81 dominicanos. Hace no mucho tiempo, esos números eran mucho más parejos.
«A los 15 años, una edad en la que se determina si vas a jugar béisbol o no, los niños en Puerto Rico ya no juegan béisbol», le dijo recientemente a La Esquina el miembro del Salón de la Fama, Orlando Cepeda, quien nació en Ponce, Puerto Rico. «¿Qué puedo decir? Es vergonzoso. Y cada año es peor. Casi no hay jugadores puertorriqueños con los que los niños puedan identificarse. Los niños a esa edad necesitan tener modelos a quien querer imitar. Ya no hay ídolos. Y la calidad en el país ha bajado».
¿Podría suceder lo mismo en República Dominicana?
La respuesta simple es que no parece posible. La diferencia reside en la economía. Un sorteo internacional casi seguramente bajará los montos de los bonos, pero ello tendrá menos impato en Dominicana, donde casi la mitad de los residentes vive debajo de la línea de pobreza y el Producto Bruto Interno per capita está en el rango de los $5,000-$8,500 anuales, dependiendo la fuente.
Esto significa que conseguir incluso un bono por firmar de $5,000-$10,000 tendría un efecto sustancial en una familia dominicana, mucho más que en Puerto Rico, donde el PBI per capita es de alrededor de $18,000. La capacidad adquisitiva de un bono de $5,000-$10,000 en República Dominicana sería mucho mayor dado que el cambio entre el peso y el dólar es favorable ($1 dólares son casi 36 pesos dominicanos) mientras que la moneda en Puerto Rico es, obviamente, el dólar.
«En Puerto Rico los niños tienen muchos recursos a su disposición», agregó Cepeda. «El béisbol es un deporte para niños con hambre, como se ve en Santo Domingo. Esos chicos en República Dominicana quieren salir de la pobreza. En Puerto Rico, la pobreza no es tan evidente. A los 15 años, muchos niños tienen autos y dinero en sus bolsillos. ¿Por qué entonces querrían hacer un esfuerzo por jugar al béisbol?».
Probablemente lo que desaparezca sean los entrenadores orientados al negocio (llamados buscones), cuya participación en el sistema de contrataciones existe como mera función de una inversión monetaria. El béisbol está tan metido en la cultura nacional dominicana que es improbable que los verdaderos entrenadores de béisbol busquen otro empleo simplemente por la caída de los bonos — y por ende, sus pagas.
Las frases
Bud Selig
Soy un creyente del sorteo internacional y creo que todo el mundo lo sabe».
Sandy Alderson
Nunca sentí que el tema fuera la implementación. Se que hay gente que sí, pero no yo. Hay formas de hacerlo funcionar».