Buen camino

Buen camino

JOSÉ LOIS MALKUN
Vamos por buen camino. La Reforma Constitucional ya cumple su objetivo de llenar las páginas de los diarios y programas de radio y televisión. Y este apenas es el capítulo uno de una serie que vencerá por mucho a la del famoso y mítico James Bond.

Por un tiempo breve y a raíz del triste y lamentable suceso en Santiago, que le costó la vida a la joven estudiante Vanessa Ramírez, la pena de muerte y la cadena perpetua le estarán quitando un poco de espacio a la Constitución, hasta que todo vuelva a caer en el olvido, como sucede con todas las cosas importantes en este país.

Mientras tanto, ojalá que a los padres de Vanessa, no les pase lo que le sucedió a una familia conocida, que durante el juicio a los violadores de su hija, recibían toda clase de amenaza por parte de los allegados de esos violadores.

Por eso aquí hay que arrancarle la cabeza a mucha gente y dejar de hablar pendejadas, porque nadie tiene la puta idea de lo que es la violación de una hija o perder un ser querido por culpa de unos monstruos mal nacidos que no recibirán ni ligeramente el castigo que se merecen.

Por su parte, el Metro no pierde oportunidad en lanzar sus grandes conquistas mediáticas, donde el crecimiento económico de Villa Mella es la ultima de ellas. Sobre el TLC nadie ha dicho nada importante para resolver el impasse que lo mantiene en el limbo. Todo se reduce a “dudas sobre el inicio del TLC en julio”.

Mientras tanto, sigue el recargo cambiario, que se encargará de cubrir el déficit público de 5 mil millones en los primeros 5 meses del 2006, gracias a lo cual se conquistaron 22 curules en el Senado y unos 80 en la Cámara de Diputados.

Después de experimentar con la opinión pública sobre si lo quito o no lo quito, los subsidios al gas y a la electricidad parece que se mantendrán, según se desprende de las contradictorias declaraciones del Gobierno. Sigan ahí.

El problema eléctrico se resolverá en tres años y las nuevas plantas adquiridas comenzaran a instalarse en los próximos días. Por su parte, el Banco Central anuncia los logros económicos mensuales, con altas tasas de crecimiento.

Mientras todo eso sucede, ya aparecen en los titulares de los periódicos, advertencias de una baja en el turismo y la inversión extranjera por la inseguridad ciudadana. Y eso que apenas se publica el 10% de los actos vandálicos que a diario maltratan a la población.

Es momento de que algunos sectores de la sociedad reaccionen y comiencen a pensar seriamente en el futuro del país. En los grandes problemas que tenemos por delante y en las heroicas soluciones que se requieren. No se trata de enfrentarlos todos a la vez. Comencemos con uno o dos de ellos. Si es la electricidad, no sigamos burlándonos del pueblo ni engañando a la gente con lo del subsidio y las nuevas plantas. Es el mismo discurso de siempre. Ya se ha escrito todo lo hay que escribir sobre este tema para tomar acciones serias y responsables, pero nadie hace nada al respecto.

Si quieren reformas, comencemos por donde se debe iniciar que es la Reforma del Estado. Eso lo han dicho miles de expertos e informes escritos que llenan una biblioteca.

Ningún país puede desarrollarse con una empleomanía como la que tenemos nosotros, ni con decenas de instituciones que debieron desaparecer hace años. Y esta posición la he defendido desde que estaba en el Gobierno pasado y en otros anteriores.

La inseguridad ciudadana, no se resolverá hasta tanto no se depure y se modernice la Policía Nacional. Como dijo el Cardenal, buscar profesionales y gente joven y pagarle bien.

Y yo adiciono, también gente con cojones a los que hay que incentivar y no castigar cuando actúen con energía ante la delincuencia. Porque en este país cuando matan un delincuente, aparecen unos genios de los derechos humanos que te arman un lío del diablo, pero que se quedan calladitos cuando matan a un inocente ciudadano.

Pero si estos temas son muy complicados entonces comencemos por hacer algo innovador en la educación y la salud. Ambos sectores siguen su decadente tendencia y eso nos aleja cada vez más de cualquier posibilidad de convertir el crecimiento en un desarrollo sostenible. Crecemos para caer en otra crisis ya que un país sin educación y salud jamás puede desarrollarse.

Un país sin visión del mañana no tiene futuro. La visión es una marca de fábrica. Es lo que vende e identifica al público con el producto. Y el principal producto de un país, que es el desarrollo, no puede alcanzarse sin una visión clara de cómo lograrlo.

Pero sigamos trillando ese buen camino. Sigamos discutiendo sobre la Constitución, continuemos predicando muestra revolución democrática y hagámosle el juego a las soluciones eléctricas con subsidios y nuevas plantas.

Sigamos con los éxitos del Metro y el alto crecimiento económico. Es un buen camino para despreocuparnos y darle la vuelta al mundo en 15 días.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas