Buen comienzo

Buen comienzo

POR DANILO CRUZ PICHARDO
Con el discurso de juramentación, que involucra múltiples políticas y medidas para enfrentar los principales problemas de la sociedad dominicana, el presidente Leonel Fernández lleva optimismo y esperanza a una población, como la dominicana, que luce traumatizada por los impactos negativos que en los últimos tiempos ha registrado su economía.

El nuevo jefe de Estado habló sobre sus planes en los sectores salud y educación. Pero también anunció medidas específicas sobre el desempleo, la deuda externa, recorte del gasto corriente, tasa de cambio, inflación, es uno de los causantes de la devaluación del peso dominicano.

En su discurso de toma de posesión el jefe de Estado dio prioridad (así debe ser) al desabastecimiento de gas propano y a los extensos apagones que tanto daño ocasionan a la economía, a todos los niveles, reducen que tanto daño ocasionan a la economía, a todos los niveles, reducen el nivel de vida de la gente y afectan a su propia salud. Para acabar con os apagones en lo inmediato el mandatario avisó sobre la toma de un préstamo de 50 millones de dólares para la compra de combustibles. Esa medida merece aplausos, por tratarse de un servicio, el eléctrico, de primer orden.

Con relación al gabinete designado por el presidente Fernández diría que se trata de un equipo constituido por hombres y mujeres de reconocida trayectoria pública en la mayoría de los casos. No voy a caer en ponderaciones relativas a sus cualidades, porque admitir las virtudes de algunos puede interpretarse como una adulonería barata y rechazar a otros, por carecer de idoneidad para las posiciones que ostentan ya, sería una imprudencia y una forma de hacerle oposición a un gobierno que apenas se inicia.

Hay que destacar, sin embargo, la designación de Francisco Domínguez Brito como procurador general de la República. Tuve la oportunidad de conocer a ese muchacho cuando se desempeñaba como fiscal del Distrito Nacional y me lució decente y ecuánime. Pero algo más: todas las versiones dadas sobre ese joven, por personas vinculadas al Palacio de Justicia, apuntaban en la misma dirección, en el sentido de que estaba adornado de grandes cualidades éticas.

Con Domínguez Brito no tengo ningún tipo de relación (aclaro), pero por lo que se oye de este joven abogado podría decirse que resulta ideal para la Procuraduría General de la República, Y ante eventuales sometimientos judiciales, de funcionarios del pasado gobierno del PPH, por la comisión de actos dolosos contra el Estado, nadie podría alegar persecución política, porque ese muchacho no se presta para la práctica de bellaquerías.

No quiere decir, empero, que el actual procurador evada responsabilidades ni sea cobarde, porque cuenta con la suficiente firmeza para condenar lo mal hecho. Y se podría adelantar que administraría justicia conforme lo establecen la Constitución de la República y  las demás leyes particulares.

Y él tendría que actuar. No constituye un secreto para nadie la alarmante corrupción que prevaleció en el gobierno del PPH, en donde hubo mafias, peculado y vulgaridad, sobre todo, para no hablar del habitual tráfico de influencias ni del nepotismo, aunque de este último aspecto se abusó y se cayó en la exageración, cuando observábamos que las licencias o renuncias tomadas por secretarios de Estado o directores generales eran suplidas por sus mujeres o sus cuñados, ¡Diablos!, como si se tratara de un negocio de su propiedad.

El gobierno del PPH no tuvo parámetros en término de corrupción. Y, además, el Estado nunca había sido degradado tanto mediante un representante que convirtió en un relajo el desenvolvimiento de la administración pública y las palabras descompuestas estuvieron a la orden del día.

Gracias a Dios que hemos salido de esa pesadilla del PPH. Y la nueva gestión, por lo menos al iniciar, despierta ciertas expectativas en la ciudadanía. El doctor Leonel Fernández tiene la oportunidad de hacer un gobierno, inclusive, superior al que presidió durante el período 1996-2000.

Se anticipa que la tarifa petrolera en el mercado exterior (superior a los 40 dólares el barril) y la elevada deuda y externa constituirían dos grandes obstáculos para los planes del nuevo gobierno.

El desabastecimiento del gas propano es un problema de rápida solución, porque su causa no es más que el producto de la negligencia y la incapacidad del pasado gobierno, pero si la presente gestión gubernamental logra descender y estabilizar la tasa de cambio al 35 por uno (no al 16 como estaba antes, porque eso no vuelve) y resolver el problema de los apagones, estaríamos en presencia de logros significativos.

Todos queremos que el PLD y el doctor Leonel Fernández hagan un buen gobierno, porque así se beneficia la población. Por lo pronto se observa un buen comienzo con el aliento y la esperanza que se le extiende a la gente.

El gobierno del doctor Leonel Fernández empieza bien y debe terminar mejor si corrige los yerros del pasado e implementar eficazmente ese conjunto de medidas anunciadas en su discurso de juramentación, las cuales tocarían los más diversos y acuciantes problemas que atraviesa la sociedad dominicana. Si hay disposición y buenas intenciones en el presidente Fernández, seguro estoy que encontraría el concurso y la participación de los congresistas y de los sectores más sensatos de la República Dominicana.

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