Buen indicador

Buen indicador

Cifras aportadas por el Banco Central dan cuenta de que en el período enero-junio experimentaron un vigoroso crecimiento dos de los sectores de mayor influencia social: construcción y agricultura.

Este crecimiento ha obedecido a importantes inversiones en proyectos inmobiliarios y, en el caso de la agropecuaria, a la inversión de capitales sumada a una política oficial de pleno respaldo.

La importancia del crecimiento de estos dos sectores en particular, como parte del crecimiento general de 11.7% experimentado por la economía nacional, radica en la capacidad de los mismos para generar empleo, particularmente en la zona rural, donde son muy limitadas las plazas de trabajo.

Se trata de componentes económicos de mucho valor agregado.

En el caso particular del crecimiento en la producción de rubros para el consumo, se percibe que la aplicación de políticas agrícolas adecuadas, basadas en el apoyo técnico oportuno a los productores, se convierte en estímulo para las inversiones en ese sector, fomentando, por ende, la generación de empleos.

Los efectos sociales de una agropecuaria vigorosa se transmiten además a través de la disponibilidad de alimentos en los mercados, con fuerte influencia en los índices de precios al consumidor y a la estabilidad de los mismos. 

-II-

Probablemente la mayor transferencia de una porción del crecimiento global de la economía hacia las clases más pobres se produce a través de la agricultura, siempre que, como en el caso actual, las políticas de apoyo a la producción hayan sido adecuadas y permanentes.

Actualmente, el país no sólo ha estado bien abastecido de alimentos a precios asequibles, sino que una buena parte de la demanda del sector turístico está siendo satisfecha por la producción local.

El crecimiento del sector agropecuario se ha producido inclusive a pesar de factores climatológicos adversos, como ha sido el caso del régimen de lluvias que ha producido inundaciones y saturación de suelos en zonas productivas sensibles.

Otro factor adverso ha sido el comportamiento de los precios petroleros, que han provocado continuas alzas en los combustibles, fertilizantes y otros insumos de amplio uso en la producción agrícola, lo que encarece costos y limita los volúmenes de producción.

En el caso de las construcciones los riesgos son menos, pues aunque los costos son influidos por las alzas en combustibles y materiales, el producto inmobiliario no es un bien perecedero como los productos agrícolas.

Es obvio que para vencer todos los factores climáticos y de costos adversos, y además lograr crecimiento vigoroso en la producción agrícola, la magia radica en políticas adecuadas, de asistencia permanente a los productores.

El crecimiento en agricultura y construcciones en el primer semestre de este año es, sin duda, un excelente indicador de gran efecto social.

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