La lucha contra los fraudes eléctricos era una que tenía que librarse con decisión y valentía desde hacía muchos años. En todos los estudios y diagnósticos sobre los graves problemas que confronta el servicio de electricidad en nuestro país, salía a relucir de manera importante la cantidad de energía servida a usuarios –a todo tipo de usuario- y no cobrada.
Las pérdidas técnicas es otro cantar que también en algún momento deberá enfrentarse con vocación de dejarlas atrás.
Nos avergüence o no, tenemos que admitir que en nuestro país hay una especie de fascinación por violentar las normas. Es como un deporte que se juega en todos los grupos sociales y que lo practican personas de todos los ingresos y de todos los niveles educativos. Por esta razón no podemos afirmar, so pena de equivocarnos, que el hurto de la energía eléctrica está concentrado en tal o cual grupo de clientes o usuarios.
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Hechas estas observaciones, nos alegramos y aplaudimos que las empresas distribuidoras de electricidad, las llamadas Edes, estén empeñadas en dar el frente a los fraudes eléctricos, estén donde estén. Era y es un imperativo ético, económico y de gestión administrativa.
Los informes periodísticos servidos por las Edes indican que han sido detectadas miles de conexiones ilegales en San Cristóbal, Peravia, Azua, Barahona, Bahoruco, Pedernales, San Juan y Elías Piña. Concretamente, en estas provincias registraron 1,750 conexiones ilegales.
Solo en el primer trimestre de este año fueron hechas 209 mil 224 inspecciones.
Esta es una tarea que no debe entrar en pausa bajo ninguna circunstancia ni argumento. El pago regular del servicio eléctrico por cada usuario es imperativo y debe ser una práctica para poder afirmar que las Edes están siendo gestionadas con idoneidad y eficiencia.
Los dominicanos tenemos el reto de superar la crisis energética que tantos dolores de cabeza nos ha dado y que tanto daño ha provocado en la economía, el desarrollo industrial y las finanzas públicas. Además, no podemos hablar de avance, de progreso real y de sueños futuros si el servicio eléctrico no está resuelto.