Buena campaña contra Kerry

Buena campaña contra Kerry

POR SULLY SANEAUX
En las últimas semanas, la campaña electoral norteamericana, en la víspera de la convención Republicana ha estado matizada por las increíbles alegatos que ponen en duda la historia militar del candidato Demócrata, John Kerry. Igualmente de sorprendente, Kerry ha caído en la trampa de tratar de convencer a la opinión pública de que él cumplió con su deber en Vietnam y por su actuación recibió varias medallas. Lo irónico del caso es que su contrincante, el presidente-candidato Bush, aunque apoyaba esa guerra, nunca estuvo en Vietnam.

Y lo prodigioso es como esa campaña ha logrado desviar la atención del público de problemas realmente mucho más significativos que tratar de determinar si a Kerry le pasó una bala cerca o si le hizo solo un rasguño.

El instrumento de esta campaña es un grupo de veteranos que se las tenían guardadas a Kerry por sus posiciones pacifistas luego de regresar de Vietnam después de haber combatido con él en 1968; algunos de ellos hasta habían hecho elogios públicos en el pasado del candidato Demócrata, pero ahora se hacen participes de una campaña que, según el NY Times, probablemente se originó en la misma Casa Blanca o en sus entornos. En todo caso, según el diario neoyorquino, el principal patrocinador es Bob Perry, uno de los principales donantes del partido Republicano de Texas.

Se trata de un episodio con ribetes surrealistas, pues según los acusadores de Kerry, éste «inventó» para poder conseguir las medallas (5) que recibió por actos de valor. Sería bien extraño que el presidente de los Estados Unidos estuviera otorgando medallas sobre la base de lo que diga cualquiera que estuvo en un campo de batalla. Se supone que esos testimonios son confrontados con fuentes independientes y en ese caso, esas fuentes serían las mismas personas que ahora alegan que Kerry «inventó».  Eso querría decir que esos veteranos son pasibles de condena, al igual que Kerry, por complicidad.

Obviamente que tal cosa no va a ocurrir. Se trata simplemente de una campaña aviesa para distraer al candidato Demócrata y a los electores norteamericanos de problemas e incomodidades tipo Irak y desigual estabilidad económica. Y desafortunadamente la campaña está dando resultado, pues Kerry no le dio la debida importancia a las habilidades de un equipo que según NY Times ya hizo sus “pruebas” desbancando a un antiguo candidato Demócrata  Dukakis y a John MacCain cuandos e atrevió a enfrentar a Bush por la candidatura Republicana del 2000. Dukakis es historia pasada y MacCain salió tan vapuleado que ahora es uno de los más entusiastas seguidores de Bush. Quizás porque aspira algunas aspiraciones para el 2008 y necesita el respaldo de la maquinaria partidaria.

Kerry se ha quejado ante el colegio electoral y aunque eso está bien, de poco sirve a la hora de tratar de convencer a miles de norteamericanos de que fue él quien estuvo en Vietnam y quien recibió las cinco medallas. Por el momento, entre los veteranos, que hasta ahora habían sido una de sus principales bases de apoyo, según una encuesta de CBS, Kerry habría perdido 9 puntos y 2 puntos entre la generalidad de los electores, la mitad de los cuales cree lo que dicen sobre Kerry.

Según los especialistas en campañas electorales, la gente preferiría que estas fueran limpias y no se recurriera a bajezas. Sin embargo, las encuestas han determinado que la gente recuerda mejor los trucos sucios que los mensajes positivos y en definitiva termina por tomar su decisión más sobre la base de los primeros. Por eso la insistencia de los «incontrolables» Republicanos por dañar la imagen del candidato Demócrata.

Porque a 10 semanas de las elecciones, las encuestas siguen señalando un número particularmente bajo de indecisos (6%) y resulta que los indecisos tienden a escoger al candidato nuevo, pues su indecisión proviene precisamente de la poca confianza que les inspira el que busca la reelección, en este caso Bush. A eso se agrega una preocupación mayor para el estado mayor Republicano y es que Kerry ha recogido mucho más dinero que el los propios Demócratas pensaban (el pasado fin de semana, Kerry asistió a dos fiestas en The Hamptons, el exclusivo balneario neoyorquino y de allí se alzó con $2 millones, $1 millón por fiesta).

En todo caso, aunque la campaña de los veteranos anti Kerry ha hecho bastante escándalo, lo cierto es que al Demócrata no le faltan respaldos. Así, el periodista responsable de las páginas regionales del Chicago Tribune, William Rood, héroe de Vietnam, y uno de los oficiales que participó junto a Kerry y a otro oficial (ya fallecido) en la acción que le valió la Estrella de Plata, decidió asumir la defensa pública de su antiguo compañero de armas.

Así, en la primera página de su edición del domingo pasado, el conservador Chicago Tribune (siempre apoya a los candidatos Republicanos), publicó un relato titulado «en 1,750 palabras», en el cual Rood desmiente  a quienes sin haber estado en el lugar de los hechos trataban de denigrar a Kerry. El hombre, que durante 35 años nunca había mencionado sus hechos heroicos, decidió hablar, «para restablecer la verdad sobre el valor de John Kerry, porque se me hacía cada vez más difícil oír tantas cosas inciertas de personas que ni estuvieron allí». El testimonio podría ayudar a desactivar la campaña en contra de Kerry pues ya el propio presidente Bush tímidamente la desautorizó.

De todas maneras, ya el objetivo primero ha sido logrado: desviar la atención pública de los problemas mayores y luego concentrarla en la tremenda operación mediática que será la convención Republicana de Nueva York. El otro objetivo sería el de hacer reelegir a Bush. Si la primera parte se consiguió, resta por ver si pueden conseguir la segunda y la verdad es que eso está todavía lejos de lograrse.

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