Buena decisión

Buena decisión

En un momento bastante oportuno, cuando está sobre el tapete uno de los aspectos nocivos de las exoneraciones, el Presidente Leonel Fernández ha emitido un decreto que anula todas aquellas exenciones y tributos que no estén previstos en la Constitución y leyes especiales.

Aquí no solamente se ha pecado de violar las disposiciones que condicionan a circunstancias especialísimas en que deben ser otorgadas las exenciones de impuestos, sino también disposiciones que establecen muy claramente que las exoneraciones son intransferibles.

En el pasado, ni ahora, ha habido justificación para tantas exoneraciones, pues aparte de que privan al fisco de ingresos cuantiosos y necesarios, se han prestado para manejos de todo tipo.

Cada vez que el Poder Ejecutivo otorga una exoneración abierta, como las que se conceden dos veces por ejercicio a cada legislador, deja de recibir dinero para la construcción de escuelas, mejorar los hospitales y otras inversiones de interés social. En cambio, propicia que, al ser ilegalmente vendidas dichas exoneraciones, quienes las adquieran estén en libertad de importar, sin pagar impuestos, vehículos tan caros y lujosos como el Ferrari, que son una ofensa para las necesidades de este pueblo.

Definitivamente, el caso de las exoneraciones debe ser tratado con todo el rigor que merece una acción que impide que lleguen al fisco dineros que pueden ayudar a resolver muchos de los abundantes problemas que aquejan a la familia dominicana. En lo que eso se produce, que se haga valer el decreto que las anula.

Prevención 

Las gráficas de los deslizamientos de tierra en la Cordillera Septentrional son impresionantes.

Lo mismo puede decirse de los daños causados por las lluvias, que provocan los deslizamientos, en carreteras y caminos de la regin norteña.

La situación ha sido descrita como de sumo cuidado por especialistas en la materia y no han faltado las advertencias de un profesional que se ha dedicado a señalarnos los peligros a que nos exponemos en caso de sismos, el ingeniero Rafael Corominas Pepín (Fellito).

Las lluvias en las amplias zonas norteñas, las lluvias sobre las montañas de las cordilleras dominicanas parecen no cesar.

Deber del Gobierno no es solo acudir en auxilio de los damnificados por los fenómenos de la naturaleza sino también prevenir daños, evitar tragedias.

Por eso, y sin que nos invada sentimiento histérico alguno, entendemos que el Gobierno, con toda presteza, debe prohibir hasta que la situación lo requiera, las excursiones al Pico Duarte y zonas aledañas.

De esa manera, de persistir las lluvias, se estaría vitando desgracias en casos de deslizamientos, que ojalá no ocurran.

Tiempo de sobra hay para el turismo interno para el conocimiento de las cordilleras, para la simple aventura.

Vale más prevenir, que luego tener que lamentar.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas