Buenas expectativas de recuperación

Buenas expectativas de recuperación

POR CARMEN CARVAJAL
La República Dominicana recibirá el 2005 con expectativas muy diferentes a las del agonizante 2004, ya que tanto la esperanza de los dominicanos como los pronósticos de entidades económicas y financieras internacionales, resultan muy positivos.

Y si bien el país afronta numerosos retos para los próximos 12 meses, el vuelco dado por los principales indicadores durante el último trimestre del año, ha creado un ambiente optimista que, al parecer, ha contagiado a las firmas evaluadoras, algunas de las cuales, como es el caso de Bearn & Stern, pronostican unos resultados tan positivos que ni las propias autoridades dominicanas se atreven a ofrecer.

Las proyecciones fijan la tasa de inflación entre 12% y 15% y la tasa de cambio se estabilizaría en cerca de RD$30 por cada US$1. Sobre este último punto, algunos economistas consideran más factible el RD$37 por US$1  establecido como referencia en el Presupuesto del 2005.

En un reciente informe sobre la República Dominicana, el Banco de Inversión Norteamericano, la economía dominicana podría registrar en el 2005 un crecimiento de 4.5% de su Producto Bruto Interno (PIB), muy superior a las estimaciones más optimistas de las autoridades, que la sitúan por encima del 2%.

Cita el informe el comportamiento de algunos indicadores macro económicos en los  últimos mese producto que hicieron repuntar la economía y revertir los estimados pesimistas formulados para el 2004.

La confianza en los agentes económicos, la reducción de la tasa de cambio y de la tasa de interés y la reactivación del comercio, son algunos de los elementos que, de acuerdo a la firma, han generado las expectativas favorables para el próximo año.

En términos también optimistas, aunque más cautelosos y con numerosas advertencias sobre los pasos a seguir y el cuidado a tener, se han expresado otras empresas evaluadoras, funcionarios del Banco Mundial, del Scotiabank y de entidades nacionales.

El FMI

La firma de un acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que, a raíz de los últimos acontecimientos ocurridos en el país parece un hecho, es el punto principal que despierta el optimismo en la economía dominicana.

De la firma de este acuerdo, que implica un préstamo por US$1000 millones, depende la renegociación de la deuda con el Club de París y el flujo de recursos frescos hacia la economía dominicana, tanto en forma de inversión como de créditos multilaterales.

Ya a finales de noviembre pasado, el gobierno presentó al organismo internacional una carta de intenciones en la que se comprometía a una serie de medidas, normas y políticas que hasta ahora ha podido cumplir, no sin enfrentar escollos.

La reforma fiscal exigida por el FMI fue aprobada con mutilaciones importantes en el Congreso Nacional, que introdujo en el proyecto un impuesto al sirope de maíz que amenazó la participación dominicana en el Acuerdo de Libre Comercio de Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos.

Este impuesto fue eliminado por el Senado, después de un pugilato por las pretensiones de consignar exenciones impositivas a los productores del país, las que, a juzgar del gobierno, amenazaban la estabilidad del Presupuesto y, por ende, el acuerdo con el FMI.

Se espera que para la próxima semana sea aprobado el Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos para el 2005 en el Senado, así como la ley que elimina el impuesto al sirope de maíz.

Esto es sólo una parte de los compromisos con el FMI. En el caso del Presupuesto debe ser equilibrado, coherente y austero en el gasto. Es por ello que el gobierno diseñó una Ley de Gastos Públicos en que más de la tercera parte de los ingresos fiscales están destinados al pago de la deuda.

Los reclamos de empleos de los miembros del Partido de la Liberación Dominicana es uno de los problemas básicos que enfrentará el gobierno, de cara a la ejecución de un presupuesto equilibrado.

Algunos de los puntos exigidos por el FMI incluyen medidas para establecer un mayor fortalecimiento de la supervisión del sector financiero conforme a las prácticas internacionales. En este sentido, ya la Junta Monetaria aprobó un reglamento que la Superintendencia de Bancos sometió al parecer del sector financiero, el cual ha objetado algunos puntos.

A esto se añade el que actualmente constituye el problema de más difícil solución, que es el déficit del Banco Central y los certificados de participación que  suman actualmente más de RD$110,000 millones.

Si bien el Banco Central ha logrado reducir significativamente la tasa de interés de estos certificados, el monto de los mismos ha crecido.

El Banco Central prepara desde hace varios meses unos instrumentos que, denominados en peso, serán indexados a la tasa de cambio del dólar para atraer a los dominicanos con dólares o los residentes en el exterior, con los que plantea la colocación a largo plazo de una deuda que es actualmente de muy corto plazo.

En cuanto al resto de la deuda interna, el secretario de Finanzas, Vicente Bengoa, sostuvo que los excedentes fiscales se utilizarán para redimirla.

LA REACTIVACIÓN

La esperanza de los sectores productivos dominicanos es que las consecuencias positivas que traerá consigo la firma del acuerdo con el FMI, generen un incremento en los sectores productivos, que ya se ha reflejado, aunque tímidamente, en el comercio.

La dificultad radica en la posibilidad de reimpulsar la economía, evitando la devaluación del peso y un incremento en la inflación.

Otro gran reto que enfrenta el gobierno en el año 2005, es la promoción de empleos y la salida a la Seguridad Social, especialmente al seguro de salud, que hasta ahora no ha podido salir a camino.

En octubre pasado, el economista jefe del Banco Mundial para América Latina, Guillermo Perry, calificó de vibrante la economía dominicana, que vio repuntar sectores importantes como el turismo y las exportaciones en poco tiempo, por lo que el organismo está seguro de que el próximo año habrá una recuperación importante. En términos parecidos se expresa la Comisión Económica para América Latina. Los dominicanos sólo esperan que estos pronósticos se cumplan.

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