La política agrícola del país tiene aspectos que sería justo destacar. El caso de la producción de arroz es un ejemplo. En 2004 el país sembró 2,131,971 tareas de arroz en las que produjo 8,263,525 quintales. En 2010 han sido sembradas 2,717,587  tareas y la producción hasta el presente mes ha sido de 12, 544,973 quintales. En seis años, el aumento sobre  la producción de 2004 sobrepasa el 50% y de importador circunstancial de arroz, el país ha pasado a exportador confiable.

Una clave para obtener estos resultados ha sido el permanente respaldo que el Gobierno ha dado a los productores a través del Ministerio de Agricultura. El pago más reciente por concepto de pignoración de arroz alcanzó  75 millones de pesos. El  Programa Nacional de Pignoraciones abarca otros rubros, como el ajo, un renglón perecedero para el cual los productores no tienen  condiciones adecuadas de almacenaje.

Los efectos de la política agrícola pueden ser medidos en base a la   estabilidad en los precios y seguridad de suministro de renglones agropecuarios al público. La fuerte demanda del sector turístico está satisfecha en cuanto a renglones de producción local y el abastecimiento se recupera con rapidez cuando factores climatológicos adversos han arruinado la producción. Son buenas noticias que nos llegan del campo.

Seguridad en plantas de GLP

El jefe del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, general Oscar Guillermo  García, afirmó recientemente que ha constatado que las plantas envasadoras de gas licuado de petróleo están invirtiendo en equipos de seguridad. Citó como ejemplo que la firma Tropigas, que además de los equipos tradicionales de seguridad, tiene sendas estaciones de bomberos en sus plantas del sector Evaristo Morales y de Santiago. Hace poco, esos equipos de seguridad permitieron evitar que el fuego causado por el estallido de un transformador llegara a  propagarse a los tanques  de gas.

La supervisión periódica de las estaciones de gas debería hacer énfasis en tres aspectos básicos: el estado de los equipos de almacenaje y despacho de gas, las condiciones de funcionamiento de los dispositivos de seguridad y la observancia de las reglas de prevención por parte del personal. Además, estimular que haya en cada planta una miniestación contra incendios.