Buenos anuncios, ¿para quién?

Buenos anuncios, ¿para quién?

JOSÉ LOIS MALKUN
Cada final de mes oímos los buenos anuncios oficiales sobre el crecimiento económico y las recaudaciones de la DGII. El primero muestra siempre una tasas sobre el 9%, pero si usted analiza la estructura del PIB verá que ese crecimiento descansa básicamente en las importaciones de bienes y servicios y los celulares. Mientras tanto las zonas francas se desplomaron con 12% negativo. Claro, que también las exportaciones crecieron considerablemente, pero solo por el peso de un solo producto: el ferroniquel. Porque excluyendo este mineral, la mayoría de las exportaciones de bienes están decreciendo. Por su parte, el sector financiero siguió aumentando sus préstamos aunque básicamente para comprar carros y otros bienes de consumo mayormente importados.

Pero la construcción y el turismo ya están dando muestra de agotamiento con tasas que están muy por debajo del crecimiento global y del crecimiento de años atrás. De todas formas son buenos anuncios, aunque muchos se preguntan ¿para quién? Porque para el 70% de la población ese crecimiento no ha podido revertir su cada vez más crítica situación económica. Como tampoco nadie se explica cómo en una economía creciendo a más del 9%, el desempleo aumenta. Esto contradice toda la teoría económica de los últimos 50 años. Pero algún día eso cambiará, porque no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista.

Decía un profesor de matemáticas en Chile que las estadísticas son como las mujeres en bikini. Muestran el 98% de su cuerpo al desnudo pero ocultan las partes más importantes. Eso también se aplica a los hombres en bikini como al PIB de República Dominicana. Por ejemplo, si usted analiza el crecimiento del PIB de los 20 países que ocupan los primeros lugares de bienestar en el mundo (Ver informe sobre el Desarrollo Humano de la ONU), ninguno crece a más de 5% y la mayoría apenas llega al 3%. Pero ese pequeño porcentaje lo sienten todos los habitantes, porque se sustenta en las exportaciones y calidad de los bienes que se producen y en el desarrollo tecnológico. Los 20 países dedican más del 7% de su PIB a la salud y cerca del 8% a la educación. Nosotros no llegamos ni a la mitad de eso. Y sobre la distribución del ingreso, la seguridad ciudadana, la corrupción, el empleo, la gobernabilidad y la esperanza de vida, es mejor ni hablar porque las comparaciones resultan vergonzosas.

Pero para no salirnos del tema, solo queremos señalar que la política económica del país tiene que reorientar urgentemente esa estructura de crecimiento, a fin de que la gente sienta realmente que de alguna manera esas altas tasas se traducen en un mayor bienestar para ellos. Mientras tanto, serán buenos anuncios en los que muy pocos confían.

Algo similar sucede con los reportes de la DGII. Mientras muchos negocios cierran sus operaciones por las excesivas y abusivas cargas fiscales y mientras otros apenas sobreviven o tienen que reducir drásticamente sus gastos y personal para seguir operando, la DGII anuncia con bombos y platillos cifras récord de recaudación cada mes.

Buenos anuncios pero ¿para quién? Porque esas grandes recaudaciones para lo único que sirven es para financiar los excesivos gastos gubernamentales y las continuas campañas proselitistas del partido en el poder. Ningún contribuyente ve el beneficio de esas recaudaciones. No se ven en la infraestructura vial o de servicios, que cada día se deteriora. No se ven en la salud, donde obviamente todo se viene abajo. Tampoco en la educación y la seguridad publica, que siguen empeorando.

Claro, los funcionarios le dirán que hay que pagar deuda externa dejada por el Gobierno anterior. Que hay que cubrir la deuda del Banco Central, aunque nunca le han entregado un centavo. O que existen otras obligaciones internas, incluyendo pago de bonos y otros compromisos con suplidores, que tampoco es real porque las acreencias gubernamentales han aumentado. Pero no dicen que también hay que buscar con que pagarle a mas de 550 mil empleados públicos (han aumentado la nomina en casi 125 mil empleos). Tampoco señalan que tienen que cubrir salarios y gastos que oscilan entre 400 a 900 mil pesos mensuales, a cientos de funcionarios altos y medios, porque aquí cualquier boca de burro ya gana mas que un Secretario de Estados en Norteamérica. Al Metro lo minimizan pero cada mes recibe más asignaciones que salud y educación juntas. ¿Y para la reelección? Bueno, de ahí se alimentan las expectativas de muchos y las riquezas de unos cuantos que ya no saben que hacer con la fortuna que tienen.

En fin, seguiremos oyendo todo el resto del año que cada mes hay mas recaudaciones y mas crecimiento. Y los contribuyentes viendo pasivamente como su dinero se desperdicia en el bienestar de unos pocos pendejos y en una burocracia totalmente anquilosada.

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