Buffet busca impulsar las ventas de Kraft Heinz

Buffet busca  impulsar las ventas de  Kraft Heinz

Se suponía que Kraft Heinz Company era diferente. El gigante de los alimentos envasados, creado en 2015 en una fusión orquestada por la firma de capital privado 3G Capital y el inversionista Warren Buffett, era visto, al menos en Wall Street, como inmune a las tormentas que azotan a sus pares en la industria.
Naturalmente, es difícil lograr que las ventas crezcan mientras los consumidores buscan productos mucho más frescos y modernos y los supermercados mejoran sus marcas propias y dedican más espacio en los anaqueles a nombres nuevos como Halo Top y Chobani.

A pesar de que la industria atravesaba tiempos difíciles, los inversionistas empujaron la acción de Kraft Heinz a un máximo de 96.65 dólares el 17 de febrero de 2017, una sustancial prima precio-beneficio con respecto a sus pares del sector. Desde entonces, las acciones se han desplomado alrededor de 40 por ciento, perdiendo casi 50 mil millones de dólares en valor de mercado.

El día en que las acciones de Kraft Heinz cerraron en su máximo histórico, se supo que la compañía había ofrecido 143 mil millones de dólares para comprar Unilever, el gigante europeo que fabrica el jabón Dove, la mayonesa Hellmann’s y el helado Ben & Jerry’s.
La oferta apareció justo a tiempo: cuatro años después de que 3G y Buffet se unieran para sacar a Heinz de la bolsa y dos años después de que compraran Kraft y la fusionaran con el fabricante de ketshup en una operación de 55 mil millones de dólares. En cada ocasión, 3G Capital aplicó una estrategia de despiadada eficacia: despidió a miles de trabajadores, cerró fábricas y produjo los mayores márgenes en la industria. Agregar Unilever a la canasta traería aún más oportunidades para reducir costos, y los exaltados inversionistas rápidamente propulsaron las acciones de Kraft Heinz un 11 por ciento tras la noticia.

Unilever, sin embargo, no aceptó. Temiendo un choque cultural y aprovechando la conocida aversión de Buffett a las ofertas hostiles, el CEO de Unilever, Paul Polman, se negó, creando suficiente discordancia para aplastar efectivamente el acuerdo. Eso hizo que los inversionistas contemplaran un mundo en el que Kraft Heinz dejara descansar a sus banqueros de inversión y vendiera, de hecho, más queso y salchichas.

En febrero de 2018, la compañía dijo que, tal como prometió, recortó mil 700 millones de dólares en gastos mediante la integración de las dos empresas. Eso marcó el final del periodo postfusión de Kraft Heinz.
Pero cada día que pasa sin una nueva adquisición, la compañía se parece cada vez más a cualquier empresa de alimentos, luchando por reactivar el crecimiento en sus ventas anuales (26 mil 200 millones de dólares el año pasado) con una cartera de productos cuya mejor época ya pasó.

Kraft y las otras nueve mayores compañías de alimentos envasados en Estados Unidos han visto una contracción en sus ingresos de más de 19 mil millones de dólares en los últimos tres años. Y no se esperan tiempos mejores: las ventas de la industria en Estados Unidos crecerán alrededor de uno por ciento anual hasta 2022, según Euromonitor International. El índice que aglutina a las diez mayores empresas de alimentos envasados ha bajado un 16 por ciento este año, mientras que el S&P 500 solo ha caído cerca de 1.5 por ciento.

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