Los buhoneros de la Ciudad Colonial se resisten a ser regulados por el ayuntamiento del Distrito Nacional.
Los vendedores informales se niegan a acatar el nuevo Reglamento de Puestos y Funciones para los negocios informales aprobado por el Concejo de Regidores que establece que deberán tener una licencia, acompañada de una evaluación y calificación del Ministerio de Salud Pública y una certificación de los bomberos en caso de utilizar gas u otro generador de calor. También prohíbe colocar negocios informales frente a un comercio formal que sea competencia desleal, entre otras medidas.
Modesto Miliano, presidente de la Asociación de Buhoneros de la Ciudad Colonial, dice que la medida pretende favorecer a los grandes establecimientos que siempre han estado empeñados en la desaparición nuestra.
Esto no es más que un traje a la medida para un grupito de comerciantes, expresó Miliano en visita a la redacción de HOY.
Indicó que uno de los principales obstáculos del nuevo reglamento es que establece que la licencia del cabildo no puede ser transferida, lo que implica que si un vendedor se enferma o suspende el negocio temporalmente por alguna razón, no lo podrá operar cuando vuelva o traspasarlo a un familiar.
El reglamento fue aprobado el 18 de octubre por el Concejo de Regidores del cabildo de la capital.
Milano pidió a las autoridades edilicias reconsiderar la decisión y modificar la normativa. Para exponer sus puntos de vista los buhoneros han solicitado una entrevista al alcalde Roberto Salcedo, pero todavía no han recibido respuesta.
Acoso. Milano también denunció que hace varias semanas algunos buhoneros han sido desalojados y confiscado sus productos por el cabildo por diversas causas, a su juicio injustificadas.
Señaló que cuando van a reclamar la devolución de la mercancía las autoridades del cabildo alegan que los productos fueron donados a una fundación que no identifican. Se está cometiendo un vulgar abuso, dijo Milano.