Los buhoneros han convertido en una suerte de multicentro popular la parte baja del elevado de la avenida París que está en la vecindad de la avenida Duarte. Las ofertas van desde un gancho para el cabello hasta una fina cartera para damas, pasando por carnes, productos agrícolas y servicios de motoconcho y taxis. Se sabe de algunos de estos buhoneros que duermen en el mismo lugar. Hasta ahora, las autoridades edilicias no han tratado de eliminar una situación que se hace en nombre de la pobreza.
Los buhoneros de todos tipos de productos han convertido en una suerte de multicentro la parte baja del elevado de la avenida París.
Desde la calle Jacinto de la Concha, en San Carlos, hasta la Juana Saltitopa, en Villa Francisca, las ofertas van desde un gancho para el cabello hasta una fina cartera para damas, pasando por carnes, productos agrícolas y servicios de motoconcho y taxis.
Por el área es casi imposible caminar. Los vendedores han ocupado las aceras y parte de las calles, refugiados bajo la sombra del elevado.
Aunque existe un acuerdo entre la Asociación de Buhoneros y el Ayuntamiento del Distrito Nacional para no desalojar sino para reubicar, en los últimos meses los negocios han ido en aumento, por lo que hoy prácticamente no queda espacio para uno más.
Si lo que usted busca es víveres para la cena y habita en uno de los sectores aledaños o toma un vehículo para que lo lleve a su lugar de destino, solamente tiene que hacer una paradita en la intersección de las avenidas Duarte y París, donde prácticamente puede encontrar de todo.
Si lo que necesita es una correa, una certera, una cadena, un vestido y hasta algunos ingredientes para la brujería, lo encontrará en el tramo comprendido entre las calles Jacinto de la Concha y Juana Saltitopa.
Hasta un taxi o un motoconcho aparece de inmediato debajo del elevado, sobre todo, a partir de la Doctor Betances.
Están estacionados como si se tratara de un lugar destinado para esos fines y no para el libre tránsito peatonal.
Manuel Antonio Contreras, dirigente de la Asociación de Buhoneros, aclaró que existe un censo para la reubicación de 85 vendedores, que están ubicados entre las calles Jacinto de Concha y José Martí, pero reconoce que la cantidad de buhoneros se ha multiplicado, con muchos extranjeros, sobre todo haitianos.
Contreras espera del Ayuntamiento un trato similar al que recibieron los vendedores de libros, que fueron organizados en un lugar seguro, cerca del parque Enriquillo, o como los buhoneros del mercadito del barrio Los Guandules, recogidos de calles y aceras y reubicados en casetas dignas.
La que no quiere abandonar el lugar es Maritza Holguín, quien tiene un puesto de ropas usadas entre la José Martí y Doctor Betances, ya que tiene segura la comida de su hijos.
Manuel Báez, quien tiene prácticamente un mercado de productos agropecuarios, tampoco ve con buenos ojos que lo trasladen del lugar, ya que en otro sitio no obtendría los ingresos que logra en ese lugar.
Las claves
1. Toman espacio
Cientos de vendedores de todos tipos de productos ocupan el tramo del elevado de avenida París, desde la Juana Saltitopa hasta la Josefa Brea.
2. Reubicación
La Asociación de Buhoneros dice que hay un acuerdo con el Ayuntamiento del Distrito Nacional para reubicar a 85 vendedores, desde la Jacinto de la Concha hasta la José Martí, pero que esa población ha ido creciendo.