Para el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, la gestión política de una país en fundamental, y pone como ejemplo la situación económica y social de dos países que comparten la misma isla pero con evidentes diferencias: República Dominicana y Haití.
“No podemos poner nuestro futuro en la decisión de otros, sino en la decisión nuestra; y lo vemos cómo Haití y República Dominicana comparten, es la misma línea, una línea recta. Y República Dominicana es un país con mucho desarrollo, con mucho turismo, ejemplo para otros países del Caribe y Latinoamérica, y del otro lado, en la misma isla, con la misma frontera, con los mismos recursos naturales, con el mismo mar, está el peor país de América Latina; y lo que lo divide es una línea de política, es decir, si la gestión política de un país, independientemente de que comparta frontera o isla, hace la diferencia», señaló el primer mandatario salvadoreño.
Bukele añadió que «si podemos trabajar de la mano con nuestros vecinos, pues vale la pena también».
Situación Haití es principal desafío para Dominicana
El principal desafío de la República Dominicana en este momento es la situación haitiana debido a que las tensiones en ese país se están llevando a un punto limite que puede desembocar en cualquier momento en violencia social.
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La advertencia esta plasmada en un boletín de la Unidad de Estudios de Haití del Centro de Estudios Padre Alemán de la pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) en el cual Humberto Pérez, Luis Vargas y Fernando Ferrand analizan los aspectos económicos y de seguridad que afectan a esa empobrecida nación.
Plantean que ante los enormes problemas de Haití y debido a que comparte la misma isla con República Dominicana no queda otra opción que buscar de manera autónoma alguna forma de eficiente colaboración pacífica y de promoción recíproca entre ambas poblaciones.
En materia de seguridad, Pérez señala que la desconfianza, la incapacidad de organizarse y conflictos existentes entre los dirigentes políticos, gobernantes y líderes de grupos económicos haitianos, les ha impedido llegar a acuerdos para organizar un plan de desarrollo a mediano y largo plazo para solucionar las diferentes crisis que abaten a esa nación.