Bullumba Landestoy

Bullumba Landestoy

Bullumba Landestoy es un conocidísimo compositor dominicano quien nació en La Romana en 1925. Ha escrito numerosas composiciones para piano y guitarra. Se estrenó en el mundo del arte musical con una composición para piano titulada: “Danza loca”; tenía entonces veinte años. Todos los dominicanos, y muchísimos extranjeros, han oído alguna vez las canciones de Bullumba Landestoy. Este notable músico ha residido en México, en Venezuela, en Nueva York. Canciones como “Carita de Ángel” o “Mi dulce querer”, son bien conocidas en un montón de países, pues han sido interpretadas por los cantantes más celebrados de América Latina. Desde luego, yo también he escuchado sus canciones; pero nunca había visto la cara de Bullumba.

Por cortesía del Ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, fui invitado a un encuentro con Bullumba Landestoy. Y así he tenido la oportunidad de conocerle y escucharle. Al encuentro concurrieron personas ligadas al arte popular, entre ellas Rafael Solano, Niní Caffaro, autor e intérprete benemérito de la famosa canción “Por amor”. Tan pronto Bullumba se sentó en la cabecera de la mesa, empezamos a oír la conmovedora homilía de un bohemio jubilado.

Bullumba cumplirá pronto noventa años de fecunda existencia. Mientras Solano preguntaba sobre asuntos musicales, el Ministro de Cultura indagaba sobre los “compromisos monetarios” que tendría que contraer Bullumba para permanecer viviendo en Santo Domingo.

Sin embargo, ni las partituras de sus composiciones, ni las necesidades económicas, son el centro de gravedad de este músico pobre que, a la edad de noventa años, regresa a su país de origen.

Su problema esencial es afrontar la realidad de la muerte y la posibilidad de salvación de las almas según postula la doctrina cristiana. Nos dijo que había visto a Trujillo alcanzar el poder, en 1930; y después, leyó la noticia de su asesinato en 1961. Entonces cayó en la cuenta de que ese personaje todopoderoso era un simple mortal.

“Ha muerto Agustín Lara, Toña la negra, María Félix, Pedro Vargas; yo aún estoy vivo. He perdido el balance al caminar y gran parte de la visión; pero conservo el cerebro intacto. Leo a San Agustín, al sabio Salomón, oigo misas. A ustedes sólo les interesa el dinero, el placer, el prestigio”.

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