Desde hace un tiempo, representantes de “dealers” autorizados y registrados, expusieron al director de aduanas la práctica desleal y perjudicial al fisco, de elementos del bajo mundo del narco que reiteradamente lavan sus mal habidos recursos económicos trayendo al país centenares, miles de vehículos de todas marcas y precios usando testaferros.
Ingresando al país proceden como lógico a mercadearlos y de esa manera obtener las fortunas que de otra manera seria imposible ingresar a territorio dominicano, es decir, es un método de lavado de fortunas generadas por el narco.
Esa práctica, no solo lesiona a unos 1,500 dealers autorizados y registrados, que pagan a Adunas, a la DGII, con una nómina que bordea los 20 mil empleos, que pagan arrendamiento de espacio y energía eléctrica, y que no solamente peligran sus empresas, sino que los tiene al borde de las quiebras. Representantes de dealers con quienes he conversado sobre el particular, interpretan la indiferencia tanto de adunas como de DGII a una visión estrictamente fiscalizada orientada a captar cada vez más ingresos, sin importarles ni a los dealers, y por detener el tráfico de importaciones de vehículos sin identificar a sus personero.
La táctica de los importadores irregulares de vehículos consiste en asignar vehículos a un número de individuos de sus íntimas confianzas a quienes inscriben su matrícula de los vehículos, que ingresando al país, reitero, proceden a vender.
Primero, es de sumo interés conocer si tanto el director de Aduanas como de DGII comunicaron ese proceder al presidente Danilo Medina, entendiendo que claro que han debido proceder en ese sentido, y entonces la interrogante es como nuestro presidente escogió lavarse las manos ante una situación que estimula el narco y ha al borde de la quiebra a unos 1,500 dealers.
Interpreto que nuestro gobernante tiene obligatoriamente que conocer esa proceder irregular, conociendo que los gobernantes de todos los países son los que más conocen de todo lo que ocurre en su entorno.