FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS
Si Amable Aristy Castro sigue como secretario de la Liga Municipal Dominicana (LMD), el asunto tiene varias facetas dignas de tomar en cuenta… y de hacerlas públicas.

Primero, el señor Aristy Castro ha sido elegido tres veces, ¡tres veces!, senador por la provincia Altagracia, “alias” Higüey.

Segundo, dos de las tres veces, el señor de marras ha renunciado a su alto cargo (¡Senador de la República!), para ser secretario de la Liga Municipal Dominicana, un cargo de bajo perfil, en lo político, pero de muy alto en lo económico, ya que en el mismo se manejan miles de millones de pesos anualmente. Y que yo sepa, el señor Aristy Castro no es contador público autorizado para manejar una institución (que está demás, dicho sea de paso).

Tercero, Aristy Castro está a punto de dejar por tercera vez su cargo de senador para volver a la LMD, cosa que yo verdaderamente no me explico porque, ¿qué atractivo tan fuerte tiene la LMD para hacer que todo un senador deje tres veces su cargo para convertirse en un simple secretario de una institución como la ya citada?

Y cuarto, los ciudadanos votantes de Higüey no se dan cuenta que se están burlando de ellos cuando aportan un voto en favor de alguien, que luego es pasado a otro “medalaganariamente”.

Se dice, y ahora lo creo, que Higüey no es más que un “cacicazgo” donde solo manda un hombre. Y que gracias a que el Oriente se ha convertido en un paraíso turístico, donde la tierra vale una fortuna digna de las Mil y Una Noches, el jefe del “cacicazgo” tiene “el mundo a sus pies”.

El Partido Reformista Social Cristiano, auspiciador de la “candidatura” de Aristy Castro a la secretaría de la LMD, y una buena parte del PRD que está en las mismas condiciones, están cavando sus propias tumbas políticas. Y un sector del PLD está haciendo lo mismo.

O, lo que es lo mismo, vamos en camino de tener un país sin partidos políticos serios, doctrinarios. Y todo, para un día verlo caer en las manos de hierro de alguien que sabe como tratar a sus decadentes adversarios políticos.

La actuación de Amable Aristy Castro debe de avergonzar al Senado de la República si permite que estos trastrueques políticos se sigan produciendo y que solo indican que un senador vale menos que un simple secretario de una inútil Liga Municipal Dominicana, que le cuesta al Estado miles de millones de pesos anualmente… aunque prácticamente nadie ponga el punto sobre está “í ardiente”, que es lo que más se parece a un acto de complicidad política.

Y la vergüenza no es sólo para el Senado, sino que lo es para todo el país. Así lo siento y así lo digo.-