Burla y abuso

Burla y abuso

En este país el contribuyente es una especie social a la que nadie respeta y todos golpean. Cualquiera les planta un impuesto o un arbitrio sin justificación, sin retribución alguna. Lo que narra nuestro colaborador Rafael Vidal Martínez en su artículo «Hay que evitar morirse», divulgado en la página 10 de nuestra edición del domingo, corrobora lo que hemos dicho.

Por una decisión del Ayuntamiento del Distrito Nacional fue aumentado de RD$350 a RD$1,688 el impuesto que debe pagar una familia para sepultar un pariente en su propio panteón.

En adición a eso, el interesado debe pagar RD$21,000 por concepto de mantenimiento, seguridad y vigilancia, durante diez años.

Se trata de un abuso incalificable, pues el Gobierno Municipal no retribuye en nada un cobro tan alto.

La limpieza en el cementerio de la Máximo Gómez se debe fundamentalmente a las familias que tienen panteones, pues el Ayuntamiento poco aporta en ese sentido.

Es más, hay quejas de que panteones que quedaban a orillas de calles interiores del camposanto han quedado en una maraña de tumbas abiertas en lo que eran las calles, que fueron tomadas como espacio para sepulturas.

No hay manera de justificar los aumentos dispuestos por las autoridades municipales, sobre todo si no ha habido mejora alguna en los servicios internos de un cementerio que, por falta de vigilancia adecuada, sirve de madriguera a muchos “vivos”.

Lo único que podría ser un alivio es que al cobrar a los contribuyentes RD$21,000 para responsabilizarse de mantenimiento, seguridad y vigilancia, lo que supone el resguardo de panteones y mausoleos, el Ayuntamiento del Distrito Nacional se hace pasible de demanda judicial por incumplimiento para que compense al contribuyente por daños, robos y descuido, que son reglas más que excepción en el Cementerio Nacional de la Avenida Máximo Gómez. Lo que va viene, ¿no?

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El error

El Nacional, en su edición dominical, publicó un artículo que apareció bajo la firma del expresidente constitucional doctor Salvador Jorge Blanco.

En dicho artículo se citaba a nuestro director ejecutivo, licenciado Bienvenido Alvarez Vega, como un agente haitiano. HOY rechazó ese juicio, atribuído por el colega vespertino al doctor Jorge Blanco.

El Nacional aclaró ayer que fue por un error que se atribuyó el artículo al doctor Jorge Blanco y que el mismo corresponde al licenciado Pedro Manuel Casals Victoria.

Como creemos en El Nacional, su error nos arrastró a incurrir en esa falla.

Nuestras excusas al doctor Jorge Blanco y a nuestros lectores, especialmente al expresidente, con quien hemos mantenido, siempre, muy cordiales relaciones.

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