Burla y desafío a la Policía

Burla y desafío a la Policía

Para la Policía Nacional el mundo se acabó, como se vaticinaba el pasado día 21, cuando en un abierto desafío a la autoridad y sin ningún temor, una banda de vándalos asaltaron a la vista de todo el mundo un camión cargado de cajas de comestibles del Plan Social de la Presidencia, que con motivo de las navidades se repartirían en los lugares pobres.

 La insólita acción de los maleantes, que en compacta caravana de motores arroparon el camión  y lo iban saqueando a la vista de todos los que transitaban e iba tomando fotos con sus celulares, sin que apareciera ninguna autoridad, días después del anuncio del lanzamiento de 20 mil efectivos para resguardar el orden y la paz en las navidades.

Esa acción de los maleantes a la luz del día revela que ellos no le tienen ningún temor a las autoridades y se burlan de ellas en su propia cara, ya que transitando en caravana por los elevados iban saqueando el camión de comestibles y más en una zona de gran vigilancia policial.

 La delincuencia ya ha adquirido ribetes de extrema peligrosidad y el atreverse a asaltar a plena luz del día a un camión cargado de comestibles  revela un atrevimiento para burlarse de las autoridades,  ya que a nombre de ser más y estar hasta mejor armados, pueden cometer tales desmanes frente a una ciudadanía atemorizada, que al ver este suceso y otros casos similares, se llenan de más temor y los aleja de las vías públicas.

 El viernes 21, que era el día que supuestamente se iba a acabar el mundo según las profecías de los mayas, resultó ser un tropiezo  para los esfuerzos que pretendía realizar la policía  para rehacer su deteriorada  imagen de gatillo alegre, y más que azuzados por algunos diputados ya se había comenzado  a incrementar  la eliminación de delincuentes, manteniendo la tradición de los intercambios de disparos.

 Ese hecho vandálico y desafiante a la autoridad,  carcomida por los  actos de bandolerismo que cometen los miembros de la policía, revela la urgencia requerida para emprender la propuesta reforma policial, que supuestamente dotará tanto de los medios legales como de equipamiento y organización  a una institución que todavía en algunos de sus cuarteles  como hasta lo comprobó  el Presidente de la República, que carecen de ventanas, puertas y ni hablar de instalaciones sanitarias y eléctricas y mucho menos teléfono por tenerlo suspendido.

 El impacto de la acción vandálica y desafiante a la autoridad de los “moscas” se diluyó por coincidir con el fin de semana de mayor actividad comercial, ya que todo el mundo estaba en salir a comprar regalos y comestibles para sus celebraciones, y por esa razón la vergüenza de ver en pleno elevado de la 27 de Febrero a los delincuentes despojando a un camión de su mercancía sin temer que serían apresados por ese saqueo.

 El auge de la delincuencia ha sido de tal naturaleza, que los antisociales le han perdido  el temor a las autoridades, las cuales se cuidan de enfrentarlos por aquello de no verse acusados de violadores de los derechos humanos y también porque existe  un cierto grado de complicidad en ambos bandos, por la frecuencia de cómo las bajas que anuncia la Policía de sus filas, al depurarlas  de quienes al verse con un arma en las manos y provenir de estratos sociales muy bajos, consideran que tienen impunidad de abusar de los civiles.

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