LA HABANA (AFP) .- Cuba afrontará el reto millonario de convertir el petróleo pesado que sale de sus entrañas en sintético, para exportación y consumo nacional, pues crece la extracción de ese crudo y la llamada “revolución energética” deja cada vez excedentes mayores.

“Es una decisión estratégica ya tomada, es un proceso costoso, pero vale la pena”, dijo a la AFP Manuel Marrero, asesor del Ministerio de la Industria Básica y principal experto del petróleo en Cuba.

Cuba produjo en 2006 casi 3,9 millones de toneladas de petróleo y gas acompañante (2,9 de crudo —22,3 millones de barriles— y 920.000 de gas), de un crudo muy pesado, con gran cantidad de azufre.

Una mezcla de ese crudo se consume en las siete principales plantas generadoras de electricidad y fábricas de cemento, pues sus otros empleos quedan reducidos a la fabricación de asfalto, lubricantes y otros, según los expertos.

Pero a mediados de 2005 el ahora convaleciente presidente Fidel Castro comenzó lo que denominó la “revolución energética” en Cuba, un programa de modernización y ahorro que busca garantizar una generación suficiente de electricidad y de seguridad al sistema.

Ese plan en ejecución prevé la sustitución de las enormes plantas termoeléctricas por baterías de grupos electrógenos que consumen fuel-oil y por lo tanto van quedando cada vez mayores excedentes de crudo por esa vía.

Esas cantidades sin destino en Cuba crecerán también por la extracción de petróleo, que continuará creciendo en los próximos años, a ritmo moderado pero sostenido, según las proyecciones de la empresa Cupet.

Ello llevó a Cuba a comenzar pequeñas exportaciones de ese crudo, el denominado técnicamente “isla”, una mezcla beneficiada con aditivos, que tiene un mercado limitado.

La compañía canadiense Sherrit (una de las que trabaja con Cuba en la extracción de petróleo en tierra y aguas someras, así como en la búsqueda en las aguas profundas del Golfo de México) dijo en su informe 2006 que este año comenzará a hacer pequeñas exportaciones del petróleo cubano sin mercado en la isla.

“El futuro de esos crudos es convertirlos en sintéticos. Ya se sabe que las inversiones son millonarias”, dijo Marrero a los especialistas y empresarios que esta semana participaron en La Habana en el congreso Geociencias 2007.

El proceso es reciente. “Este mejoramiento lo hace Venezuela desde hace seis años”, comentó a la prensa Edmundo Salazar, geólogo de la empresa venezolana PDVSA. “Se mezcla ese petróleo pesado con diluente y se lleva a lo que nosotros llamamos en el argot industrial mejoradores de petróleo, un proceso de pre-refinación”, añadió.

Agregó que esa “tecnología tiene muchas patentes, canadienses, de Estados Unidos, pero en términos genéricos se llama satisfacción retardada, que es una tecnología que está en el mercado desde los años cuarenta y se ha ido mejorando”.

Algunos expertos internacionales que participaron en el encuentro opinaron que siempre que se tenga alternativa, debe ser menos costoso tratar de encontrar crudo ligero en aguas profundas que mejorar el pesado. Los cubanos andan en eso en su zona exclusiva del Golfo de México y tratan de atraer incluso a compañías norteamericanas, impedidas por el embargo. Mientras, trabajan con empresas de Canadá, España, Suecia, India, Malasia y negocian con Venezuela, y otros países.

Aunque la ministra Yadira García mostró sus esperanzas en que las perforaciones con Repsol previstas en 2008 puedan dar buenos resultados, Marrero y otros cubanos de Cupet dicen que el camino de mejorar el crudo nacional, aunque costoso, resulta ineludible.