El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Oficina Nacional de la Propiedad Industrial (Onapi) y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)  realizaron un encuentro con representantes de las Agencias de Desarrollo Local (ADEL) con la finalidad de definir la línea de acción para la implementación en el país del Proyecto de Promoción de la Innovación y  la Competitividad a través del Sistema de Propiedad Intelectual.

El proyecto, elaborado por ONAPI y el Consejo Nacional de Competitividad (CNC), busca incorporar la propiedad intelectual al desarrollo municipal a través de marcas de certificación, marcas colectivas o denominaciones de origen, sustentado en aspectos geográficos, culturales, históricos o de tradición, en coordinación con   las Red de ADEL de las provincias de Dajabón, Neyba, El Seibo, Sánchez Ramírez, Valverde  y Monte Plata.

Al pronunciar las palabras de bienvenida al encuentro, celebrado en el Salón de Entrenamientos de ONAPI, su director general,   Juan José Báez, destacó la importancia de este  proyecto y su significado para la ONAPI, organización que ha logrado el registro de varias marcas colectivas en los últimos años.

Mientras que  Oswaldo Gironés, representante de la OMPI para América Latina y El Caribe, dijo que el papel de  esa organización es el de  vincularse con la participación activa de expertos con el fin de ayudar a crear instrumentos de buena práctica. De su lado,  Franco Torres, representante del PNUD, ponderó el desarrollo económico local como un esfuerzo de avanzar al señalar que existe en el país la suficiente madurez en las estructuras territoriales para este proyecto  el cual, dijo, es  una herramienta y un mecanismo para los pequeños productores y empresarios, quienes  pueden tener acceso al marketing territorial.

Desde el mes de noviembre del pasado año, la ONAPI, a través del departamento de Relaciones Interinstitucionales e Internacionales (RII), viene desarrollando un itinerario de visitas a agencias para el desarrollo ubicadas en estas seis provincias  del territorio nacional en donde se han reunido con  representantes de sectores agroindustriales, de servicios y artesanales para identificar y diagnosticar opciones que pueden ser registradas como marcas colectivas o de certificación.

Entre los potenciales productos susceptibles de protección se destacan los lácteos, cacao, miel, vino, hortícolas, joyería, talabartería, fibras y barro; las cualidades endógenas y el nivel de asociatividad  de los productos o servicios serán la clave del desarrollo local/rural debido a los beneficios que pueden generar.