PARIS. AFP. Expertos, políticos y las ONG denunciaron ayer en París la «biopiratería» o saqueo industrial de los recursos naturales y de los conocimientos de los países del Sur, una injusticia económica y moral y una amenaza para la diversidad.
Es una maldición, un robo colectivo», declaró la ecuatoriana Patricia Gualinga, miembro del pueblo kichwa de Sarayaku, en la Amazonia, y coordinadora de la asociación «Alianza de los pueblos», con motivo de los Primeros Encuentros internacionales sobre la Biopiratería en la Asamblea Nacional.
«Mi padre es chamán, conoce muchas plantas y luchó durante veinte años contra la intimidación» de los industriales. «Los pueblos indígenas ya no tienen confianza», sostuvo.
La industria de lo «natural» que engloba a los laboratorios farmacéuticos, cosméticos y a los especialistas de lo biológico, entre otros, se aprovecha de la rica diversidad de los países del Sur.