MEXICO, EFE.- Arqueólogos mexicanos celebrarán el mes próximo en el Templo Mayor de la capital del país un ciclo de conferencias para desentrañar los misterios que rodean a la diosa azteca de la luna, Coyolxauhqui, descubierta hace 28 años.

El ciclo comenzará el 4 de febrero con una ponencia sobre las ofrendas que se hallaron en el lugar donde a la postre se excavó el Templo Mayor, una de las zonas arqueológicas prehispánicas más importantes de la capital mexicana. Un martillazo fortuito y la inquietud de Orlando Ramírez, un ingeniero de obras de una empresa eléctrica, permitieron sacar en 1977 un colosal monolito del que aún se sabe muy poco.

La piedra grabada, de casi ocho toneladas, hubiera permanecido sepultada de no ser por el ingeniero que comandaba una cuadrilla de trabajadores de la compañía de luz en el centro histórico capitalino.

Ramírez, intrigado por los restos que sus trabajadores habían hallado, recorrió un laberinto burocrático en busca de una autoridad que evaluara el descubrimiento y se encontró con el arqueólogo Raúl Arana.