GUINSAUGON, Filipinas (AP).- Voluntarios con ayuda de perros sabuesos cavaron ayer en la zona donde una escuela primaria fue sepultada por un deslave, sin encontrar indicios de que haya sobrevivido alguien dos días después de registrarse la tragedia. Se estima que en la escuela había entre 250 y 300 personas, incluidos niños y profesores, cuando ocurrió el deslizamiento de tierra.

Los trabajadores de rescate recuperaron otros 14 cadáveres en Guinsaugon, una comunidad agrícola donde perecieron alrededor de 1.800 personas, sepultadas a unos 10 metros bajo el lodo por el deslave del viernes. Otras cinco personas murieron por un alud ocurrido en otra zona de Filipinas.

La búsqueda de sobrevivientes se concentró en la escuela, ante versiones de que algunas personas en su interior habían enviado mensajes de texto por teléfonos celulares a sus familiares, luego que parte de una montaña se derrumbó sobre la zona.

Ian Degamo, quien trabaja con un grupo de rescate llamado Maayo, estuvo cavando en la zona con unos 15 voluntarios más, ayudados por dos sabuesos de la Cruz Roja. «Los perros olían algo y comenzábamos a cavar, pero no había nada’’, dijo Degamo desanimado. Un equipo de infantes de marina estadounidenses, con base en Okinawa, Japón, visitó Guinsaugon, para evaluar los daños.