Buscando el vestidor ideal

Buscando el vestidor ideal

A medida que pasan los años, vemos como la cantidad de objetos, ropa y accesorios que vamos acumulando aumenta. Cualquiera que haya hecho una mudanza sabe de lo que hablamos, ya que es en estas situaciones donde nos percatamos del volumen real de nuestras pertenencias. En todo caso, existen otros casos en los que el almacenaje acaba siendo un tanto delicado, como el reparto del armario de los recién casados o la situación privilegiada de ese recuerdo que tanto nos gusta, obligándonos a pensar con detalle la mejor ubicación.

Para evitar estos inconvenientes, se puede recurrir a una de las soluciones más antiguas, y no por ello menos útil. Hablamos del vestidor, ese espacio lleno de connotaciones íntimas que sirve para tener bien guardada y ordenada nuestra ropa.

Las posibilidades son enormes y dependen tanto del espacio disponible como de la distribución que queramos darle, atendiendo a las necesidades que tendremos después, y fijándonos en nuestros usos y costumbres. Así, podemos encontrar vestidores integrados en una habitación, constituyendo una estancia más de la casa –independiente–, o incluso formando un conjunto con el baño.

Conceptos básicos de un vestidor

Todo vestidor posee un zapatero, que en el caso de ser femenino tendrá un papel protagonista. También forma parte de este mueble un armario o una barra de perchas donde se colgarán los trajes. Por último, quizá lo más importante, el espejo: los módulos del vestidor deberán estar distribuidos en función de este objeto, ya que va a ser el lugar frente al que se desarrollará toda la actividad de la estancia y, por lo tanto, en torno al cual se rige el resto del mobiliario.

Por supuesto, el vestidor aspira a algo más que guardar la ropa. Servirá como un útil trastero al que destinar las prendas de fuera de temporada. Solucionará el problema del almacenaje con una bancada o apoyo corrido, con tapa abatible y que esté hueco, para guardar la ropa en su interior. Por fuera, este mueble proporciona un útil servicio de banco en el que sentarte mientras uno se pone el calzado.

En este sentido, siempre resultará práctico crear un altillo dentro del vestidor, o incluso fuera, dependiendo de cómo sea éste. Aprovecharemos ese espacio para ubicar esos objetos que utilizamos menos. Como en el vestidor no nos preocupamos por si se ve o no la ropa, son muy útiles y socorridas las baldas y estanterías vistas, sin puertas ni paredes, que facilitan tanto el orden como la rapidez para arreglarse diariamente.

Varias posibilidades

Para tener un vestidor no hace falta una casa con multitud de habitaciones ni que éstas sean inmensas. Aunque, como es lógico, se recomienda emplear un espacio con una buena superficie para ubicarlo, el tamaño de la habitación no es determinante para conseguir un buen vestidor. Los paneles son una excelente posibilidad, por la facilidad de instalación, su precio, y porque consigue crear estancias independientes con poco espacio.

Actualmente, las propias marcas de mobiliario se han esforzado en conseguir distintas opciones. La última novedad son los conjuntos o bloques de muebles: éstos cubren la pared hasta el techo para aprovechar todo el espacio vertical. Con una sencilla herramienta podrá tirar de la barra de perchas y tener a su altura todo el vestuario.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas