Bush acoge con prudencia decisión de norcoreanos

Bush acoge con prudencia decisión de norcoreanos

WASHINGTON (AFP).- El compromiso de Corea del Norte de abandonar su programa de armas nucleares es un «paso positivo», dijo este lunes el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, aunque destacó con prudencia que la medida debe ser verificada. «Fue un paso positivo el de ayer», dijo Bush sobre la promesa realizada por Corea del Norte durante las conversaciones en Pekín con Estados Unidos, Corea del Sur, Rusia, Japón y China.

   «Ahora hay un camino hacia adelante. Y parte de ese camino hacia adelante es que los norcoreanos entiendan que somos serios al respecto y que esperamos que haya un proceso verificable».

   La Casa Blanca celebró poco antes de las declaraciones de Bush el compromiso de Corea del Norte de renunciar a su arsenal militar nuclear, pero también subrayó que la verificación de ese acuerdo obtenido en las negociaciones de Pekín era «esencial».

   En una declaración aprobada el lunes en Pekín entre los seis países que participan de las negociaciones, Corea del Norte se comprometió a renunciar a su arsenal nuclear militar, retornar al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y permitir el regreso de los inspectores de la ONU.

   A cambio, los signatarios acordaron «respetar» la demanda del régimen norcoreano de poder usar energía nuclear de forma pacífica y dijeron que la solicitud de Pyongyang de tener un reactor de agua ligera con fines civiles se volvería a conversar.

   Hasta ahora Estados Unidos no quería oír hablar de ese asunto, contrariamente a sus socios. El texto firmado precisa que las partes «respetan» la posición de Corea del Norte sobre el derecho a tener programas nucleares de uso civil.

   Para el presidente Bush, que a principios de 2002 incluyó a Corea del Norte entre los países del «Eje del mal», junto al Irak de Saddam Hussein e Irán, el acuerdo de Pekín constituye un alivio, en momentos en que Washington enfrenta otro tema nuclear de gran actualidad, el de Irán, sospechoso de querer dotarse de armas atómicas.

   Pero Estados Unidos no olvidó que desde que se firmó, hace 10 años, un primer acuerdo para eliminar los riesgos nucleares en la península coreana, los dirigentes norcoreanos pisotearon esos acuerdos alcanzados tanto con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) o declarando a principios de 2003 su retiro del TNP.

   De allí la desconfianza de Estados Unidos y su insistencia en que Pyongyang permita sin demoras que sus instalaciones nucleares sean inspeccionadas por la AIEA, cuyos inspectores fueron expulsados del país.

   «Todos esperamos que la fórmula a la que llegaron Corea del Norte y los cinco países funcione. Cinco países hablaron y dijeron que no es del interés del mundo que Corea del Norte tenga un arma nuclear», agregó Bush.

   «Los norcoreanos nos dijeron que en principio abandonarán sus programas de armamento (nuclear). Y lo que nosotros dijimos fue: ‘está muy bien (…). Pero ahora deberemos verificar si es real o no'», declaró Bush, admitiendo que no estaba convencido de que el dirigente norcoreano Kim Jong Il respetará su promesa.

   El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, también afirmó que se trata de «un gran paso hacia un acuerdo integral a través de la diplomacia multilateral de uno de los temas más difíciles de seguridad internacional».

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