WASHINGTON,  (AFP) – George W. Bush irá a la cumbre del G8 para restaurar el malherido vínculo con su homólogo ruso, para entablar amistad con su nuevo colega francés y afianzar algunos lazos recientes, gracias a lo cual podría mantener intacta su capacidad de acción hasta el fin de su gobierno.

 Este viaje «será para mí la ocasión de ver a viejos amigos, de hacer nuevos amigos y de hablar de un programa fundado sobre la libertad y la obligación ¡…¿ de ayudar a aquellos que son menos felices que nosotros», declaró Bush, quien inicia este lunes su gira europea.

 Bush sigue llamando «amigo» a Vladimir Putin, a pesar de que el presidente ruso lanzó recientemente violentos ataques contra el «imperialismo» estadounidense, llegando incluso a evocar el Tercer Reich, en lo que todo el mundo vio una analogía con Estados Unidos.

 Putin es uno de los tres dirigentes con los cuales Bush mantendrá reuniones bilaterales al margen del G8, junto a otro gran amigo, el primer ministro británico Tony Blair, y al presidente francés Nicolas Sarkozy.

 Este será posiblemente el último encuentro entre Bush y el gran aliado británico ya a punto de marcharse. Será sin embargo el primer encuentro con Sarkozy desde que éste relevó a Jacques Chirac, con quien las relaciones eran tensas. Primero en la reunión del G8 en  Alemania, y  después a principios de julio, cuando lo reciba en la residencia familiar, Bush intentará convencer a Putin de que el proyecto  de desplegar en Europa su escudo antimisiles no es en contra de Rusia.