WASHINGTON (EFE).- George W. Bush lanzó hoy una dura crítica contra su rival demócrata por la Casa Blanca, John Kerry, por unas declaraciones en las que reconocía de forma implícita que la lucha contra el terrorismo no puede ganarse de forma definitiva. El presidente estadounidense y su equipo de campaña se concentraron en estas declaraciones, en un nuevo episodio de su estrategia por tratar de descalificar la capacidad de Kerry de garantizar la seguridad de Estados Unidos.

   Kerry realizó unas declaraciones, que fueron publicadas este domingo por la revista semanal del diario «The New York Times», en las que consideraba que los terroristas «no deben ser el centro de nuestras vidas, sino una molestia».

   El candidato demócrata sugería de forma implícita que no podría haber un final definitivo al terrorismo, del que dijo que podría ser mantenido a niveles controlados, igual que el crimen organizado o la prostitución.

   A Bush y su campaña les faltó tiempo para intentar aprovechar la ocasión y renovar sus ataques.

   Kerry «ha puesto en cuestión si (la guerra contra el terrorismo) se trata de una guerra, al describirla básicamente como una operación policial y de inteligencia, en lugar de una amenaza que exige el uso de todo el poder de Estados Unidos», dijo hoy Bush en Hobbs (Nuevo México).

   «Yo no puedo estar más en desacuerdo. Nuestro objetivo no es reducir el terrorismo hasta un nivel aceptable de molestia. Es derrotar al terrorismo estando en la ofensiva», afirmó el presidente.

   Uno de los principales asesores de la campaña demócrata, Tad Devine, respondió a Bush señalando que «el presidente y su campaña se especializan en tomar las cosas que Kerry dice y ponerlas fuera de contexto».

   George W. Bush también criticó a Kerry con el argumento de que la propuesta demócrata de aumentar los impuestos sólo a los que ganan más de 200.000 dólares al año no es válida, ya que «los ricos evaden los impuestos» y es el ciudadano medio el que acaba pagando los tributos.

   El presidente participó hoy en Hobbs en el lanzamiento de una gira de varios miembros latinos de su equipo de campaña para tratar de lograr el voto hispano en Nuevo México, Nevada y Colorado.

   «Con su apoyo vamos a ganar», dijo el presidente en español, acompañado por algunos de sus colaboradores latinos, como el jefe del departamento legal de la Casa Blanca, Alberto Gonzales.

   Los tres estados de la gira -Bush solo acudirá al primero de ellos- tienen una importante proporción de población latina y en ellos las encuestas muestran una gran igualdad entre el presidente y su rival demócrata.

   En las elecciones del año 2000, Bush perdió en Nuevo México frente al demócrata Al Gore por apenas 366 votos.

   Kerry también se encuentra hoy en Nuevo México, donde preparará el debate contra Bush del próximo miércoles en Tempe (Arizona), y hoy en Santa Fe insistió en criticar la política energética del Gobierno, al que culpó por los sucesivos precios récord alcanzados por el petróleo en los mercados internacionales.

   El candidato demócrata recordó que el precio de la gasolina es «un 30 por ciento más caro» que cuando Bush asumió el cargo, lo que significa «muchos más beneficios para los amigos del presidente en la industria del petróleo».

   Kerry añadió que, hace cuatro años, en la campaña para presidente, Bush dijo que un presidente lo que debía hacer en caso de que subieran los precios del crudo era «llamar al cartel de la OPEP y decirles que abran los grifos».

   «Hoy, cuatro años más tarde, seguimos esperando que Bush haga esa llamada», afirmó el senador demócrata por Massachusetts.

   Kerry afirmó que Bush «quiere asustar» a los votantes con el argumento de que el candidato demócrata aumentaría los impuestos, cuando en realidad el alto precio de los combustibles, incluido el gasóleo para calefacción, actúan como un impuesto en la economía del ciudadano medio.