Bush apela al 11-S para recuperar apoyo en Irak

Bush apela al 11-S para recuperar apoyo en Irak

WASHINGTON (EFE).- Acosado por la creciente impopularidad de la guerra de Irak y la amplitud de la protesta pacifista, el presidente de EEUU, George W. Bush, apeló ayer al recuerdo de los atentados del 11-S para defender su política de continuismo en Irak.

El gobernante dedicó su discurso radiofónico de los sábados a comenzar una ofensiva política para recuperar su popularidad personal y la confianza del público en la guerra de Irak, que están registrando una caída continua en los sondeos de opinión.

Para ello, Bush volvió a recurrir a la habitual estrategia de la Casa Blanca de vincular la guerra en Irak con la de Afganistán y los ataques terroristas del 11-S, a pesar de que el Gobierno de EEUU ha reconocido que el antiguo régimen de Sadam Husein no tenía nada que ver con los responsables de los atentados de septiembre de 2001.

«Dentro de unas semanas, nuestro país recordará el cuarto aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001», dijo el presidente estadounidense, quien añadió que «estamos luchando contra los terroristas en Afganistán, en Irak y en todo el mundo».

Además, Bush insistió en que los soldados estadounidenses deben seguir en Irak, a pesar de las crecientes peticiones para que se fije el comienzo de su regreso, con el argumento de que su presencia en suelo iraquí es una forma de defensa ante el terrorismo.

«Nuestras tropas saben que están luchando en Irak, Afganistán y otros lugares para proteger a sus compatriotas de un enemigo despiadado», afirmó.

Bush justificó la invasión de Irak en las armas de destrucción masiva que supuestamente tenía el régimen de Sadam Husein, y que luego la CIA reconoció que no existían.

En la respuesta demócrata al discurso, el ex senador Max Cleland, quien perdió las dos piernas y un brazo en la guerra de Vietnam, recordó el aumento de la violencia en Irak en los últimos meses.

La muerte de un soldado hoy al estallar una bomba en Bagdad elevó a 1.863 la cifra de militares estadounidenses muertos en la guerra de Irak desde el inicio del conflicto, en marzo de 2003, con más de 15.000 heridos.

«Irak no es seguro y no tenemos allí las tropas necesarias para que sea seguro», afirmó Cleland, quien dijo que es necesario que el Gobierno ponga en marcha «una nueva estrategia» para poder ganar.

«El rumbo actual nos conducirá al desastre. Más de lo mismo sólo significa más sangre derramada en el desierto», agregó.

Sin embargo, Bush insistió en mantener el rumbo: «Debemos concluir la misión por la que nuestros soldados han dado sus vidas».

El discurso presidencial de hoy dio el pistoletazo de salida a una campaña de Bush para intentar recuperar la iniciativa sobre Irak, que incluirá un discurso el lunes ante la Convención Nacional de los Veteranos de Guerras Extranjeras, en Salt Lake City.

Bush recordó que la próxima semana viajará desde su rancho de Texas, donde pasa más de un mes de vacaciones, a Idaho, para reunirse con miembros de una unidad de la Guardia Nacional que participó en la invasión de Afganistán y entrevistarse con sus familiares.

La cuestión de las familias fue recalcada por el presidente en un intento de contrarrestar el daño político que está sufriendo por la protesta que comenzó a las afueras de su rancho de Crawford Cindy Sheehan, madre de un soldado muerto en Irak, y que busca que Bush la reciba.

Sheehan tuvo que dejar el jueves el campamento pacifista, que ha ido creciendo en número desde su llegada, debido a que su madre había sufrido un derrame cerebral, pero prometió intentar regresar, ya que los manifestantes continúan allí.

Bush, cuyas cifras de aprobación popular están en su nivel más bajo desde que llegó a la Presidencia, ha recibido en la última semana un importante número de críticas por no recibir a Sheehan durante sus vacaciones, aunque solo fuera para evitar la cobertura que ella ha recibido mientras él descansaba.

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