Bush apela unidad de 11-S para superar daños Katrina

Bush apela unidad de 11-S para superar daños Katrina

WASHINGTON (EFE).- Mientras siguen las tareas de ayuda a las áreas dañadas por el huracán Katrina, el presidente de EEUU, George W. Bush, cuya popularidad ha quedado muy dañada por la crisis, apeló al espíritu de unidad generado por los atentados del 11 de septiembre de 2001 y aseguró que «superaremos esta prueba».

Bush tiene previsto asistir mañana, domingo, a una serie de actos de conmemoración al cumplirse el cuarto aniversario de aquellos atentados, tras lo cual emprenderá su tercer viaje a Misisipi y Luisiana, dos de los tres estados, junto a Alabama, devastados por el huracán.

En su alocución radial, el presidente combinó ambos desastres para asegurar que «en momentos como estos, nuestro mejor recurso es el carácter compasivo de los estadounidenses, porque ni siquiera la tormenta más destructora puede debilitar el corazón y el alma de nuestro país».

«Estados Unidos superará esta prueba y nosotros seremos más fuertes gracias a ello», prometió Bush, quien esta semana ha hablado casi diariamente sobre el huracán después de que se le acusara de haber reaccionado con lentitud a uno de los peores desastres naturales en la historia del país.

Como respuesta a esas críticas, el responsable de la coordinación de las tareas sobre el terreno, el director de la Agencia Federal para la Gestión de Urgencias (FEMA), Michael Brown, ha sido apartado del manejo de la operación sobre el terreno y ha regresado a Washington.

El vicepresidente Dick Cheney tenía previsto reunirse hoy con desplazados por el desastre en Houston (Texas).

Los últimos sondeos hechos públicos indican que la popularidad de Bush también ha sufrido un duro golpe por su gestión de la crisis.

Una encuesta elaborada por el Instituto Ipsos y difundida hoy indicaba que la aprobación presidencial está en el 39 por ciento, mientras que dos tercios de los ciudadanos creen que el país va por mal camino.

Pero Bush no aludió a las críticas y, en cambio, optó por recordar el espíritu de unidad nacional que se vivió tras los atentados del 11-S, una estrategia que ha utilizado cada vez que se ha visto contra las cuerdas.

Aquellos ataques precipitaron los índices de popularidad del presidente al 83 por ciento y dieron a Bush en EEUU la imagen de un líder que se crece ante la adversidad y no duda en tomar decisiones difíciles.

«Hoy, EEUU hace frente a otro desastre que ha causado muerte y destrucción. Esta vez, la devastación no ha resultado de la malicia de hombres malvados sino de la furia del agua y el viento», explicó el presidente.

Cuatro años más tarde, «recordamos el miedo y la incertidumbre y la confusión de aquella mañana terrible. Pero, sobre todo, recordamos la determinación de nuestro país de defender nuestra libertad, reconstruir una ciudad herida y atender al prójimo que lo necesitara», agregó.

En su respuesta radiada, los demócratas, representados por el congresista de Misisipi Bennie Thompson, acusaron a Bush de haber incumplido su promesa de preparar al país para una catástrofe tras los atentados del 11-S.

«Como aquel día hace cuatro septiembres, nos volvemos a encontrar preguntándonos: ‘*cómo es posible que haya pasado esto?’ La respuesta es dolorosa, pero hay que reconocerla: simplemente, no estábamos preparados», afirmó el congresista.

Mientras tanto, en Nueva Orleans continúan las tareas de rescate de los cuerpos atrapados por la inundación, aunque los funcionarios ya han apuntado que la cifra total de víctimas mortales no será tan alta como se había apuntado en un primer momento.

El alcalde de la ciudad, Ray Nagin, había calculado que la cifra de muertos podría rondar los 10.000, por lo que los funcionarios de FEMA prepararon hasta 25.000 fundas para cadáveres en el área.

Nagin ha ordenado la evacuación forzosa de la ciudad, pero las autoridades policiales han indicado que, por el momento, la prioridad es ahora localizar los cuerpos, una vez que han terminado las operaciones de rescate de los supervivientes atrapados por las aguas.

Sólo cuando se haya completado la operación de búsqueda de cadáveres se procederá a la evacuación forzosa de la ciudad de aquellos que se niegan a abandonarla.

Hasta el momento se han confirmado más de 300 muertes en los tres estados afectados y más de un millón de personas han quedado desplazadas.

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