Bush celebra triunfo con su gabinete e inicia descanso

Bush celebra triunfo con su gabinete e inicia descanso

Por Orlando Lizama
Washington, 4 nov (EFE).- El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se reúne hoy con su gabinete para comenzar a perfilar las bases de su segundo mandato, durante el que tendrá que afrontar la unificación de un país dividido tras las elecciones del martes.

Será el primer encuentro de Bush con los miembros de su equipo de gobierno tras las elecciones y supondrá una oportunidad para celebrar su triunfo claro tras una dura campaña electoral, dijeron fuentes oficiales.

Inmediatamente después de esa reunión, el presidente abordará un helicóptero para dirigirse a la residencia de Camp David, en el estado de Maryland, donde iniciará una etapa de descanso, dijo la Casa Blanca.

La reunión de gabinete ocurrirá en momentos en que se barajan posibles cambios, el principal de los cuales podría afectar al secretario de Estado Colin Powell, según los expertos.

En varias ocasiones y desde antes de comenzar la guerra de Irak en marzo del año pasado, la prensa estadounidense señaló que Powell estaba enfrentado a los partidarios de la línea dura en el Gobierno de Bush, entre ellos el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.

Powell rechazó esas versiones y afirmó que no tenía problemas de ningún tipo con sus compañeros en el equipo del presidente Bush.

En caso de confirmarse su salida, los medios de prensa estadounidenses indicaron que sería sustituido por John Danforth, un ex senador y actualmente embajador estadounidense en Naciones Unidas.

Los expertos señalan que otro posible cambio sería el del propio Rumsfeld, quien sería sustituido por la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, quien se convertiría en la primera mujer en la historia del país al frente del poderoso Departamento de Defensa.

Pero, además de los posibles cambios de gabinete, Bush tiene ante sí la tarea inmediata de restañar las heridas dejadas por una de las más duras campañas electorales de la historia de Estados Unidos.

Bush debió enfrentar las críticas por Irak que le planteó su rival, el senador John Kerry, a quien el presidente acusó de ser un político vacilante y de no estar en condiciones de convertirse en un comandante en jefe en tiempos de guerra.

El presidente aludió a la polarización que aqueja al país al señalar en su postergado discurso triunfal que trabajará duramente para ganarse la confianza y el apoyo de «todos» los estadounidenses.

«Un nuevo mandato es una nueva oportunidad de llegar a toda la nación. Cuando nos unimos y trabajamos juntos no hay límites para la grandeza de Estados Unidos», señaló.

Y hablando directamente a los más de 55 millones de estadounidenses que votaron por Kerry, Bush les dijo que «necesitaré vuestro apoyo y trabajaré para ganármelo».

Pese a las dudas que persistían sobre el escrutinio del estado de Ohio, el triunfo de Bush se confirmó sólo en la mañana del miércoles cuando Kerry llamó por teléfono al presidente para admitir su derrota.

Posteriormente, el senador de Massachusetts se dirigió a sus partidarios en Boston para anunciar que, incluso con las dudas de Ohio, ya no existían posibilidades de revertir la situación.

«No abandonaría esta lucha si hubiera alguna posibilidad de que pudiéramos triunfar. No habrá bastantes votos pendientes en Ohio y, por lo tanto, no podemos ganar esta elección», dijo.

A diferencia de las elecciones de hace cuatro años, en esta ocasión el triunfo de Bush ha sido mucho más claro y también le asegura el control del Congreso para su Partido Republicano y una mayoría de los votos populares, algo que no ocurrió en 2000.

Los republicanos tendrán ahora 55 de las 100 bancas del Senado, tres más que ahora. Además, aumentaron la mayoría que tenían en la Cámara de Representantes de 435 miembros.

Todo eso facilitará la instrumentación del programa de Bush, en el que se incluye solidificar la rebaja de impuestos y la designación de nuevos jueces, incluyendo posiblemente algún miembro del Tribunal Supremo.

«Con una mayoría más grande podremos hacer muchas más cosas», dijo el líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, el republicano Tom DeLay, un republicano de Texas, el estado del presidente Bush.

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