PEKIN (AP) _ El presidente de Estados Unidos George W. Bush exhortó al gobierno chino a ampliar las libertades religiosas, políticas y sociales y a abrir más sus mercados a los productos estadounidenses. Bush se reunió con el presidente chino Hu Jintao, quien sin embargo sólo ofreció tenues promesas de mayor apertura comercial.

   Hu indicó que ambos líderes buscaron un resultado de «beneficios mutuos y resultados» que permitan ganar a ambas potencias.

   Pero la reunión del domingo en el Gran Salón del Pueblo, frente a la Plaza de Tiananmen, pareció no logró avances con respecto a las exigencias de Estados Unidos de que China reforme su política monetaria. Tampoco surgieron anuncios concretos sobre cómo buscaría China reducir su superávit comercial con Estados Unidos, el cual alcanzaría 200.000 millones de dólares este año.

   La escala de dos días en China por parte de Bush –su tercera visita al coloso comunista– fue la parte central de una gira de una semana por Asia, pero un agrio debate registrado en su país acerca de la guerra en Irak lo siguió hasta Pekín.

   Durante su gira, la Casa Blanca no cesó de atacar a demócratas que cuestionan la política de Bush con respecto a la nación árabe.

   Bush pareció el domingo decidido a reducir la controversia. En declaraciones a periodistas en su hotel antes de asistir a una cena con sus anfitriones chinos, el presidente de Estados Unidos dijo que «rechazaba totalmente» la idea de que quienes están en desacuerdo con él no son patriotas.

   «La gente debe sentirse cómoda expresando sus opiniones sobre Irak», indicó. «No se trata de ver quién es patriota y quién no es patriota. Es un asunto de mantener un debate honesto y abierto sobre la manera de avanzar en Irak».

   La represión contra disidentes chinos poco antes de la llegada de Bush causó consternación en funcionarios estadounidenses. La secretaria de Estado Condoleezza Rice dijo que Estados Unidos continuará planteando el caso «de manera bastante vociferante al gobierno chino».