Bush descarta racismo en rescate

Bush descarta racismo en rescate

NUEVA ORLEANS, EEUU (AFP).- El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se negó este lunes a citar algún error específico en la respuesta de Washington al destructor huracán Katrina y negó que haya habido discriminación en la ayuda a los damnificados, en su mayoría negros y pobres.

   «La tormenta no hizo discriminaciones y los socorristas tampoco las harán», dijo durante una escala en la otrora capital del jazz, tras una reunión con responsables de los servicios de rescate.

   «Los socorristas no verificaron el color de la piel» de los damnificados antes de ayudarlos, dijo en Nueva Orleans, mientras algunos de sus oponentes sugirieron que su administración se habían mostrado negligente porque las víctimas eran principalmente negros pobres.

   En lo que concierne a las responsabilidades por el caos que siguió al pasaje de Katrina, el presidente republicano, que se reunió entre otros con el alcalde demócrata de la ciudad, Ray Nagin, y la gobernadora demócrata del Estado de Luisiana, Kathleen Blanco, estimó que no era un buen momento para «jugar al juego de las acusaciones».

   «Resolveremos los problemas. La gente tendrá tiempo para tomar distancia y analizar los hechos», dijo, precisando que ese tiempo no había llegado aún.

    Bush recorrió las calles de la devastada ciudad primero en automóvil y luego en la caja de un vehículo militar abierto, ocasionalmente esquivando cables y ramas de árbol, para llegar al condado de St Bernard al este de Nueva Orleans, una de las zonas más golpeadas por Katrina en la costa del Golfo.

   El presidente se reunió con las autoridades locales, que criticaron la respuesta federal a la catástrofe, así como al personal de socorro y militar.

   Bush, tras la divulgación el sábado de dos sondeos que demostraban que su popularidad estaba en su nivel más bajo, negó acusaciones de que el despliegue en Irak de miembros de la Guardia Nacional haya limitado de alguna manera la respuesta al huracán.

   «Tenemos suficientes soldados como para enfrentar ambas» situaciones, declaró. «Es absurdo pretender que el compromiso en Irak condujo a la falta de efectivos aquí», insistió.

   Pero el teniente general Steven Blum, director de la oficina de la Guardia Nacional en declaraciones publicadas la semana pasada señaló que «podría decirse» que se perdió un día en responder a la emergencia debido al despliegue de contingentes de la Guardia Nacional de Mississippi y Luisiana en Irak.

   «Si esa brigada hubiera estado en casa y no en Irak, su experiencia y capacidad se habría podido usar aquí», afirmó en esas declaraciones.

   En su primera visita a la región desde que relevara de la dirección de las operaciones de socorro a Mike Brown, director de la Agencia federal de manejo de emergencias (FEMA), Bush trató de neutralizar las críticas sobre la respuesta de Washington al mortífero ciclón, fotografiándose con socorristas y militares en la zona.

   Los conflictos políticos internos y la guerra en Irak también contribuyen a que los niveles de aprobación del presidente registren sus cotas más bajas desde que asumió el cargo en enero de 2001.

   Una encuesta de la revista Newsweek señala que solamente 38% de los estadounidenses aprueba su desempeño, mientras que 52% ya no confía en su capacidad para tomar las decisiones correctas frente a una crisis interna o externa, contra 45% que piensa lo contrario.

   Otro sondeo realizado para el semanario Time constata que 61% cree que el gobierno debe cortar gastos en Irak para destinarlos a pagar la reconstrucción de las zonas devastadas por Katrina.

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