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WASHINGTON (EFE).- El presidente estadounidense, George W. Bush, rehusó ayer precisar una fecha para la entrega de Sadam Husein al Gobierno provisional iraquí e insistió en que sólo se hará cuando se garantice una «seguridad adecuada».
Pese a que las autoridades iraquíes reiteraron ayer que EEUU tiene mucho interés en realizar cuanto antes la entrega del ex dictador al Gobierno iraquí que tomará el poder el 30 de junio, Bush insistió en que el traspaso se realizará cuando se considere adecuado y se den todas las garantías.
Bush recurrió a un lenguaje conciliador, pero contundente, para evitar dar la impresión de que existe un desacuerdo con Bagdad, y a la vez no confirmó ni descartó que el traslado pueda hacerse en las próximas dos semanas, tal y como declaró ayer lunes el primer ministro iraquí, Iyad Alaui.
Uno de los principales asuntos que las autoridades estadounidenses discuten con las de Irak es precisamente «el momento adecuado para el traslado de Sadam Husein», recalcó Bush, quien indicó que «estamos trabajando» con el Gobierno iraquí.
«Quiero estar seguro de que Sadam Husein continúe en la cárcel» cuando se haga la transferencia de soberanía al nuevo Ejecutivo iraquí, y de que «no regrese al poder», insistió.
En su opinión, esas son razones más que suficientes para preguntar al Gobierno provisional iraquí cómo va a garantizar que el ex dictador siga entre rejas.
Sadam Husein «es un asesino, un matón» y tiene que ser procesado», insistió Bush.
Ni Estados Unidos ni el nuevo Gobierno iraquí quieren que la entrega de Sadam y de otros responsables de su régimen se haga con un dispositivo de seguridad «poco estricto» o que exista el menor riesgo de que el ex gobernante eluda la justicia, recalcó el presidente norteamericano.
El líder del Partido Demócrata en el Senado, Tom Daschle, se refirió a este asunto para asegurar que no está preocupado por la posibilidad de que Sadam Husein pueda volver al poder y expresó su convencimiento de que finalmente «se hará justicia» con este caso.
A su juicio, Estados Unidos tiene que seguir ayudando a las nuevas autoridades iraquíes a tomar las medidas de precaución necesarias para que puedan garantizar una custodia segura del ex dictador.
Bush también subrayó, en una rueda de prensa junto al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, que lo más importante es garantizar que se procese a Sadam Husein por los «horribles crímenes y torturas que infligió al pueblo iraquí», pero no mencionó en ningún momento las informaciones procedentes de Bagdad en torno a este asunto.
A pesar de que varios responsables iraquíes insisten hoy en que la entrega se hará en breve, Bush se negó a hablar de fechas.
El propio presidente interino, Gazi Ayil al-Yauar, aseguró hoy en Bagdad que EEUU tiene mucho interés en entregar al ex presidente a las autoridades iraquíes y que lo hará «lo antes posible».
Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, la coalición que encabeza EEUU debe presentar cargos contra Sadam Husein, o si no dejarlo en libertad, una vez que formalmente dejen de ser los administradores civiles del país árabe.
Mientras se aclara la que podría convertirse en la primera disputa entre Washington y los responsables del Gobierno interino iraquí, Sadam Husein está bajo la custodia de las tropas norteamericanas en un lugar desconocido dentro de Irak.
Allí permanece desde que militares estadounidenses lo capturaron en diciembre cerca de su ciudad natal, Tikrit, al norte de Bagdad.
El jefe de su equipo de abogados defensores, Mohamed Rashdan, denunció hoy, en declaraciones a EFE, que el ex presidente iraquí ha sufrido torturas «físicas y morales» durante su cautiverio y se remitió a un informe confidencial de la Cruz Roja.
Washington se comprometió a entregar a Sadam Husein y a otros funcionarios de su régimen a Bagdad para que fueran juzgados en Irak una vez que el Gobierno soberano iraquí crease un tribunal especial, capaz de llevar a cabo un proceso justo después del traspaso de poderes de la coalición a las autoridades del país.
