WASHINGTON (AFP).- El presidente George W. Bush prometió reformar la «quebrada» política migratoria estadounidense durante su segundo mandato y reiteró su propuesta de legalizar a millones de trabajadores indocumentados, en una entrevista publicada este miércoles por el Washington Times.

   «Tenemos un problema en Estados Unidos cuando uno tiene aquí mismo a ocho millones de trabajadores indocumentados. La propia palabra »indocumentado» pone de manifiesto el problema», afirmó el mandatario, que lanzó hace un año la propuesta de otorgar un estatuto temporal a los ilegales.

   «El sistema está quebrado (…). No funciona», aseguró Bush, convencido de que su propuesta de reforma permitirá a numerosos empresarios estadounidenses contratar legalmente a los trabajadores que necesitan y aliviará la presión sobre las patrullas fronterizas.

   Desde su punto de vista, numerosos empresarios estadounidenses «buenos y decentes» buscan «a trabajores y no los encuentran. Obviamente, este país tiene una frontera con otro país donde hay gente que quiere hacer ese trabajo», explicó.

   «Muchos lo están haciendo ilegalmente, lo que significa que están aquí ilegalmente y que sus empleadores están en la ilegalidad», agregó, recordando que muchas personas tratan de cruzar la frontera clandestinamente, de las que «muchas mueren en los desiertos de Texas y Arizona».

   Bush presentó su solución al problema: «Si usted es una persona que viene a trabajar, deberá mostrar una prueba, tendrá que mostrarnos una tarjeta, deberá registrarse y básicamente trabajar legalmente durante cierto periodo».

   El presidente reiteró, no obstante, que no se trata de otorgar la ciudadanía estadounidense a los ilegales. Esa medida «lo único que lograría es volver a causar otra vez el mismo problema», señaló.

   También señaló que la solución «a largo plazo» pasa por la creación de «una clase media en México».

   «Por eso soy un gran defensor» del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), agregó, atribuyendo a dicho acuerdo «cambios significativos» que dijo haber percibido en la zona fronteriza.

   «Claro que a México todavía le queda mucho camino por recorrer, pero, al menos, parte de la frontera se convirtió un una zona más moderna donde se está desarrollando una clase media», señaló Bush.

   Consultado en qué lugar de su agenda figuraba la reforma migratoria, luego de haber prometido reformar también el sistema de pensiones e impositivo, Bush dijo: «Creo que está (en un nivel) alto. Creo que es una asunto importante».

   A ocho días de jurar como presidente para un segundo mandato, Bush expresó confianza en que podrá persuadir a los legisladores reticentes, muchos de ellos de su propio Partido Republicano.

   Dijo que la actual situación es una «pesadilla burocrática» que debe ser solucionada.