CARTAGENA, Colombia (AFP).- El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, realizará el lunes una visita de cuatro horas a Colombia para reafirmar a su homólogo Alvaro Uribe el compromiso de Washington en la lucha contra el terrorismo y las drogas, y evaluar el Tratado de Libre Comercio entre los dos países (TLC).
Procedente de Chile, Bush llegará a las 11H45 locales (16H45 GMT) a la caribeña ciudad de Cartagena, donde a raíz de su visita fue puesto en marcha un impresionante dispositivo de seguridad en el que toman parte 15.000 efectivos de la Policía, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada de Colombia.
Tras su arribo a Cartagena (1.100 km al norte de Bogotá), Bush se reunirá con Uribe en la Casa de Huéspedes Ilustres y luego los dos mandatarios ofrecerán una rueda de prensa conjunta, según el programa oficial.
Uribe anticipó el viernes pasado que hará dos peticiones concretas al mandatario estadounidense: apoyar una segunda fase del Plan Colombia contra el narcotráfico y los grupos ilegales -que termina a finales de 2005- y garantizar equidad en el TLC que Estados Unidos negocia con Colombia, Ecuador y Perú.
«Es muy importante que en el tema de la lucha contra las drogas tenga claridad de que la tarea no debe quedar a mitad de camino, sino llevarla a final feliz con una segunda parte del Plan Colombia», señaló Uribe, un fiel aliado de Bush, a quien apoyó con firmeza en su decisión de intervenir en Irak.
Washington y Bogotá sostienen que el narcotráfico es la principal fuente de financiación de las guerrillas izquierdistas y los paramilitares de extrema derecha, a los que consideran terroristas.
«Con respecto al TLC, haremos énfasis en las consideraciones de equidad, especialmente en el sector agrícola», agregó el mandatario sobre las negociaciones que se encuentran en la recta final
Uribe ya había expresado a comienzos de este año su deseo de ver ampliado el Plan Colombia, pero inmediatamente después el embajador norteamericano en Bogotá, William Wood, aseguró que no habría prórroga de ese mecanismo.
Por tal razón, la visita de Bush es considerada clave por analistas y sectores políticos locales, que advierten que la asistencia a Colombia -quinto destinatario de ayuda norteamericana con unos 3.000 millones de dólares desde el año 2000- se podría reducir debido a la situación fiscal de Estados Unidos.
La cita «ofrece una excelente oportunidad para comenzar a pensar estratégicamente sobre la próxima fase del apoyo de Estados Unidos al Plan Colombia. Es la oportunidad para darse cuenta de cómo Bush y Uribe pueden movilizar más efectivamente un apoyo fuerte de la Unión Europea y otros gobiernos» de la región, opinó Michael Shifter, vicepresidente de Diálogo Interamericano.
El semanario El Espectador, que reprodujo las opiniones de Shifter, indicó en un editorial que la visita de Bush «no es sólo una manera de darle prestigio a la guerra contra el terror de Uribe, sino también de decir indirectamente a los demás (países) que no esperen cambios dramáticos, ni siquiera medianos, en las políticas para América Latina».
El jueves el embajador de Bogotá ante la Casa Blanca, Luis Alberto Moreno, dijo que conversó con Bush sobre su visita y que el mandatario tiene «el convencimiento de que el Plan Colombia ha servido, que es una buena inversión y que ha producido resultados en Colombia».
La canciller colombiana, Carolina Barco, manifestó a su vez que la presencia del mandatario estadounidense en Cartagena -quinta ocasión en que Bush y Uribe se reúnen a nivel bilateral- «es un significativo gesto de la alianza entre ambos países».
«Materializa el apoyo que estamos recibiendo de su país y que él (Bush) también siente que hay por parte del presidente Uribe, y de todo el país, la total voluntad de luchar de una manera frontal, comprometida, contra la droga y el terrorismo», afirmó Barco.
El Plan Colombia fue diseñado durante el gobierno de Bill Clinton para la guerra antidrogas, y ampliado en el de Bush al combate contra las guerrillas y los paramilitares.
Parte de la ayuda de Washington se destina actualmente al Plan Patriota, considerado la mayor ofensiva en cuatro décadas contra las FARC, principal grupo rebelde del país.