Bush prepara nuevo gabinete fiel a su estilo de gobierno

Bush prepara nuevo gabinete fiel a su estilo de gobierno

WASHINGTON (AFP).- El reelecto presidente de Estados Unidos, George W. Bush, prepara su nuevo equipo de gobierno fiel a un estilo que de informal sólo tiene la apariencia y que juega con las rivalidades internas.

   Reelecto por cuatro años más, el presidente republicano anunció que realizaría cambios en su gabinete. «Habrá cambios, no sé quien será, pero es inevitable que haya cambios», dijo Bush el jueves, mencionando como justificación el cansancio inherente a los cargos gubernamentales de mayor responsabilidad.

   La partida esperada más probable es la del jefe de la diplomacia Colin Powell, de 67 años. Presentado desde la llegada al poder de Bush en 2001 como un símbolo de estabilidad, este ex general victorioso en la guerra del Golfo en 1991, se encontró luego marginado.

   Sus llamados a la prudencia antes del desencadenamiento de la guerra contra Irak comienzos de 2003 no tuvieron eco y el presidente se mostró mucho más inclinado a escuchar a los «halcones» de su administración, al secretario de Defensa Donald Rumsfeld, al adjunto de éste, Paul Wolfowitz y principalmente a su vicepresidente Dick Cheney.

   Para sustituirlo, se menciona con insistencia a John Danforth, de 68 años, actual embajador estadounidense ante Naciones Unidas y que tiene la particularidad de haber sido ordenado pastor, una característica que seguramente no pasa desapercibida para Bush, que no pierde oportunidad de mostrar su fe religiosa.

   Donald Rumsfeld, de 72 años, estratega de la guerra en Irak, debería permanecer, al menos en los primeros meses del segundo mandato del mandatario republicano, que comenzará oficialmente a mediados de enero.

   Los analistas creen que goza de la confianza de Bush, quien le asignó la organización de las elecciones planeadas en Irak para principios de enero y el comienzo del retiro de las tropas estadounidenses luego de los comicios.

   Rumsfeld podría luego ser reemplazado por Condoleezza Rice, de 49 años, actual consejera para la Seguridad nacional de la Casa Blanca. Además de ser amiga cercana del presidente, ha hecho saber que le interesa el cargo.

   Pero ella sería la primera mujer nombrada para dirigir el Pentágono y podría tener dificultades para imponerse como lo mostró en ocasión de los enfrentamientos entre Donald Rumsfeld y Colin Powell, en los que Bush decidió no intervenir.

   «Las nominaciones no siempre se hacen en función de la competencia o la lealtad», subraya David Lewis, experto en historia presidencial en la universidad de Princeton. «Con frecuencia son hechas para satisfacer a un grupo de presión, o pagar una deuda política», recuerda.

   El nombramiento en 2001 de John Ashcroft, de 67 años, como Fiscal General, estaba destinado a satisfacer a la derecha más conservadora, que jugó un papel determinante en la reelección del presidente republicano.

   Pero Ashcroft, cansado y enfermo, quiere irse y el presidente no parece particularmente preocupado por mantenerlo en el cargo.

   Podría ser sustituido por Rudolph Giuliani, de 60 años, alcalde de Nueva York cuando se cometieron los atentados de setiembre de 2001. Su firmeza y su decisión en la lucha contra el terrorismo neutralizan su pertenencia al ala de los republicanos moderados en los temas sociales como el aborto y el matrimonio homosexual.

   En el Tesoro, John Snow, de 65 años, permanecería el tiempo necesario para poner en práctica la reforma fiscal prometida por Bush. Afable, discreto, leal, tiene el mérito de haber hecho olvidar a su predecesor Paul O»Neill, el único miembro de la administración que fue realmente despedido durante el primer mandato de Bush.

   Escribió luego que el presidente dirigía a sus colaboradores como «un ciego en un lugar lleno de sordos».

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