Bush presiona a Putin sobre democracia

Bush presiona a Putin sobre democracia

SERVICIOS DE HOY
BRATISLAVA, (AFP).
– El presidente estadounidense George W. Bush presionó públicamente a su homólogo ruso Vladimir Putin al declararse «preocupado» por el estado de la democracia en Rusia, al término de una cumbre celebrada el jueves en Bratislava.

   «Las democracias reflejan siempre la cultura y tradiciones de un país, lo sé, pero también tienen varias cosas en común: el Estado de derecho, la protección de las minorías, una prensa libre y una oposición política viable», dijo Bush durante una conferencia de prensa conjunta, siguiendo con una ofensiva verbal lanzada al comienzo de su gira europea, el pasado domingo por la noche.

   Putin no se dejó amilanar y contestó: «Decir que aquí o allí hay más o menos democracia no es correcto».

   «Estoy seguro de que la democracia no es la anarquía, la permisividad total, ni la posibilidad para alguien de robar a la población», agregó.

   «No nos disponemos a crear una democracia particular, adoptamos los principios esenciales, pero deben ser adecuados a las tradiciones de Rusia», que no volverá al totalitarismo de la época soviética, afirmó.

   «No hay vuelta atrás y no puede haberla» porque «lo más importante que se dio» a los rusos desde la caída de la Unión Soviética (URSS) en 1991 «es la libertad», recalcó Putin.

   Antes de la cumbre, George W. Bush predijo, ante una muchedumbre de eslovacos, que Moldavia y Belarús se sumarán pronto «al campo de los países democráticos», siguiendo los pasos de Georgia y Ucrania.

IMPACTA ESLOVACOS

Muchos eslovacos quedaron impactados por el comportamiento del presidente estadounidense Georges W. Bush, que no se quitó los guantes para estrechar las manos de los dirigentes eslovacos a su llegada al aeropuerto de Bratislava el miércoles por la noche.

   «La educación nos exige quitarnos los guantes cuando estrechamos la mano de alguien. Y el presidente estadounidense no lo ha hecho al saludar a la pareja presidencial eslovaca», opinó alarmado este jueves Ivan Pavlovic, de 48 años, que venía de escuchar el discurso de Bush.

Vladimir Putin, que llegó este jueves por la tarde a Bratislava para reunirse con George W. Bush, no cometió el mismo error.

   «Cuando he viajado al extranjero nunca he visto que el dirigente de un país tuviera puestos sus guantes al estrechar la mano de otro dirigente», señaló un parlamentario eslovaco bajo petición de anonimato.

   Este gesto fue muy notorio, ya que la llegada de Bush y su esposa Laura fue transmitida en directo por el canal de televisión público eslovaco (STV) y se pudo ver cómo ninguno de los dos se quitó los guantes.

CIERRA GIRA

La reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin, puso colofón ayer a la gira europea de George W. Bush, en la que éste empleó un tono dialogante para intentar dar nuevo vigor a la alianza transatlántica, pero que también se limitó a maquillar diferencias.

   El presidente estadounidense emprendió regreso a Washington tras la conferencia de prensa con Putin, en la que ambos coincidieron en que Irán y Corea del Norte no deben tener armas nucleares, pero mostraron un claro desacuerdo sobre la situación democrática en Rusia.

   Aún así, Bush no pareció dar la impresión de que someterá a Rusia al test de la democracia a la hora de desarrollar las relaciones con Moscú, que son clave desde el punto de vista estratégico.

DECLARACIÓN CONJUNTA

Estados Unidos hizo una concesión importante al afirmar que hará todo lo necesario para la entrada de Rusia a partir de este año en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

 Durante la cumbre, se firmaron dos declaraciones conjuntas. Una de ellas prevé el intercambio de información sobre la venta de misiles portátiles tierra-aire, muy peligrosos para los aviones cuando caen en manos de terroristas, y la otra establece el refuerzo del control de las centrales nucleares para evitar ataques terroristas y prevenir que el material fisible llegue a las organizaciones terroristas.

   Esta cumbre fue la última etapa de una gira de cuatro días de Bush en Europa, destinada sobre todo a consolidar la reconciliación con la Unión Europea después de la crisis surgida a raíz de la invasión norteamericana de Irak.

   Después de un discurso al aire libre, y sin disimular su satisfacción, el presidente estadounidense disfrutó de la única acogida gloriosa de su viaje por Europa, estrechando las manos de decenas de entusiastas eslovacos a pesar de la fuerte nevada que caía sobre Bratislava.

   Para esta primera visita de un presidente norteamericano a Eslovaquia, Estado post-comunista creado tras la partición de Checoslovaquia en 1993, se movilizaron 5.300 policías, 400 bomberos y 400 soldados, mientras decenas de blindados recorrían las calles de Brastislava y dos cazabombarderos sobrevolaban el cielo.

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